Isidoro Alonso, Alberto Lahoz y Pablo Brocca recorrerán kilómetros de solidaridad
Con su Ford Fiesta rojo del 91 y sin GPS, los alcireños Isidoro Alonso y Alberto Lahoz y el argentino Pablo Brocca lograron llegar a la capital de Mongolia el pasado 17 de agosto. Una fecha que, sin duda alguna, quedará marcada a fuego en el calendario de estos tres jóvenes aventureros. "Ha sido un viaje lleno de sorpresas. Hemos reído, hemos disfrutado y también hemos sufrido". Con esas palabras describía Isidoro una experiencia de 29 días en la que, por supuesto, no faltaron las anécdotas. "Lo mejor de este aventura ha sido descubrir y conocer culturas diferentes", apuntó Isidoro, quien además destacó la hospitalidad de la gente. "Nos han tratado con mucho cariño. De hecho, en Rumanía fueron muy amables con nosotros. Un día fuimos al mercado a comprar y como no llevábamos dinero de allí, nos regalaron comida", explicaba el joven alcireño mientras sonreía al recordar a una joven rumana que hablaba castellano a la perfección. "Decía que lo había aprendido gracias a los culebrones".
Por otra parte, Isidoro también recalcó la indescriptible belleza de 13.000 kilómetros de paisaje. "Paramos en el mar Aral, en el Caspio y también nos bañamos en el mar Negro", aseguró el alcireño, quien además recordó la ciudad de Samarcanda. "Es la población más antigua habitada del mundo y la más importante de la ruta de la seda. Es maravillosa en cuanto a monumentos", explicó.
Noches en tiendas de campaña
En lo que a las noches se refiere, Isidoro declaró que solían dormir en tiendas de campaña. "Sólo parábamos en pensiones cuando queríamos relajarnos de verdad y eso sí, siempre y cuando encontráramos alguna". Y es que esta experiencia solidaria no sólo será inolvidable por sus excelentes momentos, también por las dificultades que Isidoro, Pablo y Alberto han tenido que superar. "Cuando llegamos a la frontera de Kazajistán, tuvimos problemas con los visados. Necesitábamos dos entradas para Kazajistán y tan sólo teníamos una. Tuvimos que volver atrás hasta una oficina de inmigración para solucionarlo", señaló Isidoro, quien aseguró que tanto en Rusia como en Ucrania "la policía es muy corrupta. Te paraban por las carreteras y si no les dabas dinero, no te soltaban".
Por otra parte, y como curiosidad, Isidoro resaltó su travesía por el desierto. "Estábamos a 50 grados. De hecho, comprabas agua fresca y a los dos minutos ya estaba hirviendo", explicó el alcireño, quien también destacó de Rusia "el amor que tiene por Stalin. Fue increíble ver como todavía conservan algunos de los edificios que fueron derrumbados durante la guerra". Además, y según explicó, durante su travesía por el desierto y su parón en Kazajistán, sus teléfonos móviles se quedaron sin cobertura "y tuvimos que pasar tres días sin poder comunicarnos con los nuestros", señaló Isidoro.
No obstante, y a pesar de las complicaciones, los tres coincidieron en una cosa. "Volveríamos a repetir". Así lo aseguró Alberto, quien hizo especial hincapié en la llegada a tierra mongola. "La gente de allí se portó muy bien con nosotros. Fueron muy amables y agradecidos".
Ayuda a comunidades nómadas
Y es que el objetivo de este rally era recaudar dinero para diversas oenegés que trabajan en África y en Asia por las necesidades de las comunidades nómadas de Mongolia.
"La entrada a Mongolia fue especialmente bonita. La gente es muy cariñosa y los nómadas incluso nos dieron leche de yak", explicó Isidoro, quien además apuntó que al llegar a la meta "los sentimientos estaban a flor de piel". Sin duda alguna, para ellos, ésta habrá sido una de las mejores experiencias de su vida.
Eva Juan
Texto publicado con autorización de LAS PROVINCIAS, delegación de la Ribera.
https://www.lasprovincias.es/valencia/prensa/ribera/ribera.html
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