Poema de María Fernández
Se cuenta que cuando Orfeo
su lira hacía sonar,
hasta a los muertos más muertos
hacía resucitar;
y el encanto de sus notas
causaba tal interés,
que todas las criaturas
se rendían a sus pies.
En el Olimpo la música,
se hizo divinidad…
y el potente dios Apolo
le dio tal fecundidad,
que llenó de hijos el mundo
con esta especialidad:
hijos que adoran la música
cual se adora a una deidad,
y ella a ellos les consagra
en pura genialidad,
que a melómanos y a legos,
a todos hace gozar.
Bendita sea la música
de voces e instrumental,
y benditas las personas
que eligen desempeñar
este arte milagroso
que es un oasis de paz.
y hasta a las fieras más fieras
consigue domesticar.
Músicos de todo el mundo:
yo os quisiera decir,
que tanto en teatros y plazas
todo aquel que os puede oír,
ya está gozando del cielo
y sin tener que morir.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Bien cierto es que cuando uno escucha una buena musica es como si los angeles te hablaran al oido, tambien esta esa musica moderna que aunque yo no la entienda tambien hace disfrutar a los mas jovenes, distintos generos para distintas generaciones.
Precioso poema Maria.
Un besito
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