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Dignidad y derechos, no beneficenciaArtículo de opinión de Xavier Cantera
“¿Por qué no tienen fondos?, ¿en qué se los gastaron?”
Una opinión más
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Xavier Cantera
Respondiendo a la invitación de Forum Europa, he asistido a la conferencia o, mejor dicho, charla de la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, sobre los Servicios Sociales en la Comunidad Valenciana, con el atractivo título de ‘Servicios Sociales y Municipalismo’. Esperaba una concreción del programa del Ejecutivo valenciano para hacer frente a las urgencias de las personas con más necesidad de apoyos en estos momentos de crisis y resulta que, en esta charla - desayuno, de pesada digestión, escuché una lista interminable de buenos deseos de la representante de la Generalitat Valenciana al no concretar una financiación económica suficiente y puntual.
Fue más bien la charla de una ‘buena persona’ cargada de voluntarismo sobre la que han dejado caer la pesada carga del Bienestar Social en plena crisis económica y en una comunidad sin un euro en la caja, a la que escuché como representante de la Patronal que agrupa a empresas, sin finalidad lucrativa, de centros, servicios y programas de atención a personas con discapacidad, cuyos socios aún no han recibido ni un euro para hacer frente a los gastos de los tres primeros meses de este año y con las agravantes de los déficits producidos por la mala financiación del año pasado y la negativa de los bancos y cajas para concedernos pólizas de crédito mientras llega la financiación oficial, ya que no se fían ni de las certificaciones de la Dirección General de las Personas con Discapacidad. Ante lo cual deben ser las familias las que respalden con sus bienes cualquier operación bancaria ante el incumplimiento de la consellería o ante el poco peso y confianza que transmite nuestro gobierno autonómico, aunque se trate de una entidad que lleva 38 años prestando este servicio y siendo cliente cumplidor de la entidad bancaria.
Sin financiación suficiente y puntual dudo que las buenas intenciones de la consellera se lleven a término e incluso sospecho que sus buenos deseos no son compartidos, como prioritarios, por los centros de poder de su partido teniendo en cuenta la bancarrota en la que está sumida nuestra Generalitat Valenciana. Ante la pregunta: ‘¿Para cuándo una financiación normal de este sector que ayuda a la Generalitat a cumplir su obligación de atender a las personas con discapacidad?’ la respuesta no pudo ser más ambigua e imprecisa.
La crisis nos está afectando más que a otras autonomías porque además no tenemos ni crédito ni liquidez ni confianza ante las entidades crediticias ni se descubren caminos alternativos de financiación de los servicios públicos para personas con discapacidad. Sólo recortes y copagos para los que más cargas padecen al tener un miembro de su familia con necesidad de apoyos especiales y especializados.
Tener que llegar a necesitar de las obras de caridad o beneficencia de organizaciones voluntarias para paliar, que no evitar, la exclusión social es una imagen totalmente contraria a un Estado Social y de Derecho y sí más propia de la serigrafía del cuadro de Sorolla que hay a la entrada de la Dirección General de las Personas con Discapacidad, en el cual el P. Jofré defiende a un pobre demente ante la puerta de l’Almoina de la Catedral de Valencia, pintura que el Sr. Camps mandó colgar de una de las paredes de la ‘Sala Vella’ del Palau de la Generalitat para refrescarle la memoria y tenerlos siempre presentes, dijo el ‘ex’ en una entrevista con entidades del sector. Desmemoriados, ni miran el cuadro ni escuchan a las asociaciones porque no tienen fondos ¿Por qué no tienen fondos?, ¿en qué se los gastaron?
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