Educar a los niños y niñas y ayudarles a crecer es una empresa creativa, un arte más que una ciencia
La tarea de ayudar a crecer física y psicológicamente a un niño o una niña desde su nacimiento es posiblemente una de las que más repercusión tiene en nuestra sociedad. Pues la forma de ser de los adultos depende en una importante medida, de cómo fueron entendiendo el mundo y estructurándose como seres humanos cuando eran niños.
En la tarea de ejercer como padres, cada uno va educando a sus hijos en función de intuiciones, de lo que hacían nuestros padres, de consejos de amigos o recetas de algún libro. En general, nos manejamos con poca seguridad y parecería como si tuviéramos que nacer sabiéndolo o se aprendiese por ciencia infusa.
Cada niño y niña son únicos y diferentes, pero no son seres aislados; necesitan a los demás para desarrollarse. Es la relación psíquica que va a iniciar con los adultos, desde el momento de su nacimiento, la que va a dar sentido a su vida como ser humano.
El primer grupo de relación en el que el niño y la niña van a desarrollarse y donde va a adquirir los modelos más importantes para su crecimiento personal es la familia.
Los cambios que se producen en los niños y niñas no tienen que ver exclusivamente con la familia, pero el modo de establecer sus primeros vínculos va a condicionar la imagen de sí mismo y su forma de relacionarse con el mundo externo.
Cuando el niño y la niña nacen suele ser común que se le trate de encontrar parecido físico, o en la forma de ser con otros miembros de la familia.
Esto que forma parte de un proceso habitual en la vida familiar puede condicionar negativamente el desarrollo del niño si la mayoría de las cosas que hace se explican por ese parecido haciendo perder de vista las características individuales y diferenciadas que como persona tiene.
Tanto las vivencias cotidianas como las situaciones excepcionales que se dan en el seno de la familia repercuten de alguna forma en el niño y la niña.
Los logros y también las dificultades que éste atraviesa en su desarrollo tienen que ver frecuentemente con la relación que se establece entre los miembros de la familia (organización familiar, relación de pareja, papeles que se adjudican,) etc. Pero aunque la influencia del grupo familiar juega un papel decisivo en la vida del niño, en la medida que éste va creciendo, necesita ampliar su universo de relación.
Es importante no limitar el mundo del niño al círculo familiar y favorecer que éste pueda enriquecerse del contacto con otras personas y grupos sociales.
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