De la riña al debate
“Levantaron un cuerpo de edificio adosado al antiguo para dedicarlo a las peleas de gallos”
Nada mas salvar el dintel de las puertas de cristal del primer piso del Círculo Alcireño, para entrar al Salón Dorado, en el mosaico del piso, sobre un recuadro, hasta el año 1983 en que sufrió una importante remodelación todo el edificio con motivo del primer centenario de su construcción, se podía leer ‘1934’. Era este el año en que fue reformado este salón que sigue a continuación, más hacia el interior, el árabe, donde tenían lugar las riñas de gallos de pelea.
Conocemos por la historia que nos han legado nuestros antepasados, que el Círculo Alcireño -llamado también Círculo Gallístico- fue construido en la segunda mitad del siglo XIX; para ser más exactos, en 1883, siendo inaugurado el día 19 de diciembre de aquel año. Fue edificado en los solares del extinguido convento de San Agustín, donde por aquel tiempo se estaban construyendo viviendas.
Los socios de aquella naciente sociedad, deseosos de tener en nuestra ciudad tuviera un círculo recreativo junto al recién levantado casino, dedicado también al espectáculo, levantaron un cuerpo de edificio adosado al antiguo para dedicarlo a las peleas de gallos, aves que se encargaba de importar desde Filipinas, el alcireño Buenaventura Masiá Coll, por cuyo motivo le bautizaron con el sobrenombre de ‘el pollastre’. Los salones, seis en total, tres en la planta baja y los demás en el piso superior, fueron sufriendo reformas en el transcurso de los años.
El doctor Lisardo Piera Rosario, que había sido presidente de La Gallera entre 1923 y 1924, en la segunda etapa de su mandato, que comenzó en 1933, se propuso, con la junta directiva llevar a cabo la reforma de lo que un año más tarde sería el bello Salón Árabe. Hasta la llegada del Dr. Piera, el referido salón donde tenían lugar las riñas de gallos, su estructura era de gruesas columnas que fueron adelgazadas por el presidente Eduardo Goig Llosá en 1929.
Agustín Bernia Bartolomé, tallista alcireño que tenía el taller en el antiguo carrer de la Rugla, hoy Reyes Católicos, en los números 15 y 17, había nacido en Alzira el 12 de Noviembre de 1894. En 1920 marchó a Barcelona para trabajar en los talleres de Gaudí, donde se especializó en el arte de la talla. Trabajaban con él en Alzira, Rafael Casterá Masiá, -a quien debemos parte de esta historia-, Vicente Calabuig, Francisco Llorca y Gabriel Ortells, cuando en 1933, al entrar de presidente del Círculo Alcireño el Dr. Lisardo Piera, se llevó a cabo el proyecto de transformar el salón donde tenían lugar las peleas de gallos. Agustín Bernia para este menester, viajó a Granada donde en la Alhambra tomó plantillas, dibujos y apuntes del arte nazarita, moldeando en escayola y construyendo sobre el lugar donde hoy podemos admirar su obra: el Salón Árabe en el Círculo Alcireño, con su techumbre y arcadas que parecen totalmente el interior de una mezquita árabe. El piso, de madera, fue reemplazado por hermoso mosaico. Como podemos ver el salón es totalmente blanco, aunque la intención de los socios del círculo recreativo era revestirlo de pintura policromada, desistiendo por alcanzar una cifra prohibitiva de elevado costo en aquellos tiempos: 800.000 pesetas. Por otra parte, los trabajos realizados por Agustín Bernia y su equipo, de la obra realizada alcanzó 7.000 pesetas, importe que cobró ocho años más tarde, en 1942.
También en el taller de Agustín Bernia fue modelada y construida la falla que los vecinos de la calle Unión plantaban en 1934. En este monumento de cartón, entre otros ninots, se representaba al popular invidente Chamarrusca, al que acompañaba de lazarillo el no menos popular Justo Adrián Esteve, más conocido por Llorenset a quien llamaron para que posara ante el escultor alcireño Enrique Casterá Masiá. Mientras este modelaba, Llorenset estaba distraído consumiendo un sabroso bocadillo. Poco después levantaba la cabeza y fijándose en la figura de cartón que se estaba construyendo exclamó: Xe, eixe fill de p... que lleig es.
Más tarde, en los años 40 con el maestro Agustín Bernia, pasaron a trabajar en la talla, ahora en madera, en la fábrica de muebles de Bartolomé y Martínez de la calle de Gandía.
Pasaron los años y el 23 de Diciembre de 1983, al cumplirse el primer centenario de la fundación del Círculo Alcireño, se llevó a cabo la fiesta de la inauguración de la remodelación de los distintos salones, según el proyecto del arquitecto palestino Elías, cuya importante obra llevó a cabo el constructor alcireño José Furió. Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde cuando dio comienzo el acto con la presencia de autoridades, Reina de las fiestas de Alzira, a Carmen María Campos Suñer, de reciente nombramiento, acompañando al presidente del Círculo Alcireño, José Palacios Boquera, fueron inauguradas las reformas llevadas a cabo en el edificio. En el Salón Árabe dio comienzo el acto con la bendición por el arcipreste Francisco Albiol. Poco después el presidente, José Palacios en su disertación decía: no puedo ocultar la emoción que siento como alcireño, el que en este momento como presidente de esta entidad, tenga que recordar que el 19 de diciembre de 1883, un grupo de alcireños era capaz de conseguir crear La Gallera. Hace cien años y otro grupo de alcireños ha sido capaz, con el apoyo de los socios de hacerla renacer; no solo en lo material, sino también en lo espiritual.
José palacios terminaba sus palabras manifestando su agradecimiento a todos, en especial por la iniciativa del industrial desaparecido, Luis Suñer, presente en el acto, que fue el que en una asamblea apoyó el proyecto que sería llevado a cabo por todos los socios.
Agustín Bernia Bartolomé, artista alcireño, a quien debemos el diseño y realización del bellísimo Salón Árabe de la Gallera de Alzira en 1934, falleció en la ciudad que le vio nacer, el 9 de Abríl de 1969.
Alfonso Rovira 25.10.1996
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