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Modelismo Naval en AlziraEl galeón Apóstol Felipe (VII)
Los tesoros encontrados suponen una enorme fortuna que estaban destinadas a las arcas de la Corona de España
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Pasión por el modelismo naval
Estimados amigos lectores de El Seis Doble, una vez más con todos vosotros para seguir con el proceso de montaje y construcción del galeón español Apóstol Felipe, un barco histórico que perteneció a la flota de la Carrera de las Indias. Previamente, y como ya es costumbre, haremos un breve comentario sobre la historia, construcción y características de estos apasionantes barcos que en muchas ocasiones escribieron la historia naval de España, como bien reza la leyenda grabada en la entrada del Arsenal de La Carraca, junto a la puerta que da acceso al muelle de San Fernando en Cádiz: “Tu Regere Imperio Fluctus Hispane Memento” (Recuerda España, Tú Registe el Imperio de los Mares).
El galeón Nuestra Señora de Atocha es otro de los galeones históricos que formó parte de la Flota de Indias y que naufragó en el año de gracia de mil y seiscientos y veintidós frente a las costas de Florida.
El galeón Nuestra Señora de Atocha estaba fuertemente armado y navegaba enarbolando la insignia como nave almiranta de la flota. Como tal, seguía al resto en conserva para evitar ataques de piratas y corsarios a la flota. Había sido construido para la corona española en los astilleros de La Habana en 1620 y desplazaba 550 toneladas. Tenía 112 pies de burgos de eslora, 34 pies de burgos de manga y 4 pies de burgos de calado. El pie de burgos medía 27’86 cm, por lo que tendremos una mejor idea de las dimensiones del barco. Aparejo de tres mástiles, palo trinquete y mayor con velas cuadradas y palo de mesana con vela latina. La construcción del casco, cubiertas y castillos era la típicamente utilizada en la época. Había realizado un solo viaje a España, durante el cual sufrió singladuras muy duras al tener que soportar fuertes temporales que le produjeron serias averías en su arboladura rompiendo el mástil o palo mayor partiendo vergas y rasgando las lonas debido a los fuertes vientos. Tras los difíciles avatares sufridos durante la travesía arribo al puerto de Cádiz para meses después zarpar rumbo a Nueva España. Para su torna viaje de regreso a España, el Atocha llevaba una carga de veinticinco toneladas de plata en lingotes, trescientos cincuenta cofres de perlas y joyas, quinientos fardos de tabaco, doscientos mil pesos en monedas de plata, seiscientos lingotes de cobre, ciento cincuenta barras y lingotes de oro, veintidós cañones de bronce y más de mil libras de plata labrada. A esto se añaden los fletes que la tripulación podía embarcar libres de impuestos y que después vendían en los puertos de la ruta y, sobre todo, en los puertos españoles.
Nuestra Señora de Atocha se hundió con más seiscientas personas a bordo, sólo tres marineros y dos esclavos sobrevivieron al aferrarse al tocón del palo de mesana, que fue la única parte del galeón naufragado que no se hundió. Un nuevo huracán azoto las costas de Florida y arrasó a la flota española llevándose al fondo del mar personas y caudales. Señalaron el lugar donde naufragaron y salieron a rescatar a la tripulación, pasaje y al tesoro de la Santa Margarita y Nuestra Señora del Rosario, galeones que también naufragaron junto con el Atocha. Durante los siguientes cincuenta años buques españoles de salvamento buscaron el galeón Atocha, pero sin resultados positivos. Daba la impresión que había desaparecido sin dejar rastro.
En el año 1969, Mel Fisher, un buscador de tesoros, y su tripulación del Treasure Salvors iniciaron la búsqueda del tesoro del Atocha, la cual duró quince años. Utilizando técnicas modernas, como deflectores en sus hélices para remover la arena, y magnetómetros de protones, especialmente ideados para detectar metales, estuvieron muchos años siguiendo el rastro del Atocha para, por fin, descubrir pequeños fragmentos del tesoro y la proximidad del galeón y su gran tesoro.
En 1980 encontraron una gran parte de los restos del Santa Margarita, con una gran fortuna en barras y lingotes de oro, joyas y monedas de plata. En mayo de 1980 descubrieron una parte del casco del Santa Margarita bajo las piedras de lastre, munición, balas y palanquetas de hierro y utensilios y herramientas utilizados en los galeones españoles.
En la actualidad, los tesoros del Atocha y Santa Margarita se exhiben en Maritime Heritage Society. Los tesoros encontrados suponen una enorme fortuna que estaban destinadas a las arcas de la Corona de España.
Como apreciamos en las fotografías, tenemos terminadas las portas y marcos de las troneras. Hemos construido las cureñas de los cañones y hemos montado toda la artillería de los dos puentes. Las balconadas de popa y las amuras de proa también las tenemos terminadas y barnizadas. Prácticamente tenemos el barco terminado en cuanto al casco y cubiertas se refiere. Ahora damos comienzo al montaje del aparejo: arboladura y jarcia. La arboladura son las velas, palos y vergas, la jarcia son los cabos de los barcos, porque tenemos que recordar que en los barcos no hay cuerdas, son cabos.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Maestro, tu clase de historia sobre el Nuestra Señora de Atocha magistral, la maqueta llena de finos detalles y espectacular, felicitaciones. Julián
Muy interesante el artículo de José Luis, donde nos muestra el mundo naval, y sobre todo, nos demuestra ser un experto en la historia apasionante de la Armada Española. Esperamos efusivamente una Conferencia donde nos deleite con su sapiencia en el siempre interesante tema del mundo naval.
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