Por: Antonio Caballero
“Es la entrada a lo desconocido de un viandante anónimo”
Una puerta de una casa cualquiera en una calle olvidada de un pueblo o ciudad desconocida, huellas e indicios de un esplendor que ya terminó, tiempos de decadencia y olvido.
La puerta es la entrada a lo desconocido de un viandante anónimo; es el misterio y la incógnita, pero puede ser el camino a la tranquilidad y al cobijo del inquilino; es el regreso a nuestra casa, puede ser la carta de presentación de nuestro hogar, el cuidado de su madera y la calidad de ésta delatan a su morador. La laboriosidad de la talla, sus dibujos y la exquisitez de sus herrajes nos hablan de su creador y promotor, artesano y cliente perfectamente compenetrados, ambos orgullosos de la obra. Pero el tiempo es el enemigo implacable que carcome y acaba con ese esplendor de años atrás.
La muerte del creador, la huida de sus descendientes, el desahucio repentino, el olvido más absoluto… hace que la puerta se cierre para siempre pero, a veces, se queda entreabierta y se convierte en un nuevo reclamo. Es la señal hacia el camino de la ilusión y factor clave para un nuevo comienzo.
Afortunadamente no todas las puertas acaban en el olvido y gracias a la conservación, prevención, salvaguardia y restauraciones anónimas siguen formando parte de nuestro legado más auténtico, el de nuestros barrios y calles que, curiosamente, son nuestras propias raíces. Estas acciones son imprescindibles para preservar nuestro patrimonio. La conservación presenta un conjunto de actuaciones de prevención y salvaguarda para asegurar una duración que pretende ser ilimitada. La prevención pretende conservar dentro de lo posible el objeto considerado teniendo en cuenta su contexto ambiental.
La salvaguardia es cualquier medida de conservación y prevención que no implique intervención en el objeto, la restauración que implica intervención debe respetar los principios de conservación. Conceptos estos a tener en cuenta para que el esplendor de antes no se convierta en decadencia ahora.
Es incuestionable que en tiempos de crisis todo se deteriora y este deterioro acaba siendo abandono, pero como dice un refrán popular “pobreta pero asea i neta”.
Puertas de casas olvidadas, misterio y belleza escondida.
¡Atentos a las imágenes! Una puerta muestra un corazón, ¿fue creada con esa finalidad o es simplemente una casualidad?
Antonio Caballero Bataller
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