Esplendor en la hierba
La UD Alzira jugó en noviembre 1973 su primer partido en el estadio Luis Suñer Picó
Desde que los tigres del Júcar, el AD Alzira, jugaban en el campo del Arenal, al mismo lado del río, en la partida del Alborxí, las botas de sus continuadores, la UD, han pisado el terreno del Padre Castells, después Venecia, Estadio del Frente de Juventudes, Estadio Juvenil y que hoy vuelve a llamarse Estadio Municipal Venecia.
Pasaron los años y cuando la UD Alzira militaba en la Regional Preferente disputando los encuentros en un campo en que había pasado de todo, como mercado de animales, Concurso Hípico Nacional, entre otros espectáculos, en la temporada 1972/73 se gestó el proyecto, por parte del industrial alcireño Luis Suñer Sánchis, el construir un estadio digno para la ciudad que el tanto quería. Con su sobrino Alfredo Suñer Oliver, que ejercía el cargo de presidente del club azulgrana visitaron varios campos de fútbol de la provincia haciéndose realidad el principio la idea de cómo iba ser; estadio que más tarde estrenarían los muchachos de Pepe Llópis, mister de la UD, al ascender a la Tercera División Nacional en la temporada 1973/74.
El proyecto de la obra lo confiaron al joven arquitecto valenciano Fernando Bueso y la realización corrió a cargo de los constructores alcireños Palau-Castillo.
En un campo de naranjos, propiedad de Luis Suñer, que ocupaba una extensión de terreno de unas veinte hanegadas situado entre la carretera de Albalat y el río Júcar, al mismo lado de la casi desaparecido montañeta de Xixerá comenzaron las obras del nuevo estadio que llevaría el nombre de su hijo Luis Suñer Picó.
El 4 de Abril de aquel año 1973, Miguel Monleón, presidente de la Federación Valenciana de Fútbol, acompañado de Juan Domínguez, delegado provincial de Educación Física y Deportes y también de miembros de la referida Federación visitaron las obras del estadio que ya estaba en marcha. A los visitantes les acompañaron para contemplar la obra, el presidente de la UD Alzira, Alfredo Suñer; el empresario alcireño Luis Suñer, quien en la foto que acompañamos está a su lado su primo Eugenio Martí y al final, a la derecha, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Alzira, Dr. David Cuesta Caselles y el delegado de Levante en Alzira, Ismael Mascarell.
Carlos Dolz, relaciones públicas del club alcireño, en unas declaraciones el 12 de mayo de 1973, a pie de obra, a los representantes de los medios de comunicación social, les manifestaba que las obras se están realizando a ritmo acelerado, esperando terminarlas a lo máximo en el mes de agosto, para poder dar comienzo en el mes de septiembre el campeonato de liga. El nuevo campo se ha proyectado de forma que los espectadores puedan presenciar los encuentros con toda comodidad disponiendo de sillas en los palcos de tribuna cubierto. El terreno de juego, de 105 x 68, dispondrá de un sistema de drenaje extraordinario que permitirá jugar los encuentros en condiciones óptimas en caso de lluvia. Los accesos y aparcamientos están estudiados para dar el máximo de fluidez en momentos de más asistencia de público y se tiene el proyecto de habilitar una línea de autobuses que permitirá el desplazamiento de los aficionados que lo deseen.
En el mes de julio siguiente faltaban pequeños retoques para concluir la obra y los aficionados que visitaban periódicamente la misma ya podían comprobar la comodidad y la visión perfecta para seguir las competiciones. La tribuna cubierta, que ocupaba casi toda la extensión de terreno a lo largo de la grada, de once peldaños, capaz de albergar a 2.500 espectadores, rematada en lo alto por los palcos. Bajo las gradas de preferencia se albergarían los gimnasios, vestuarios, cafetería, sala de recuperación, enfermería y almacén.
Todo era perfecto, pero lo único que faltaba de vital importancia para el futuro del club era la luz eléctrica para celebrar partidos nocturnos, pues estaba comprobado que arrastraba mucha más gente, con el consiguiente beneficio para las arcas de la UD Alzira.
Por su parte, la afición esperaba que se inaugurara con el inicio de la temporada en el mes de septiembre, puesto que el Alzira había ascendido con todo mérito a la Liga Nacional. No fue así, el campeonato se inició jugando en el Estadio Juvenil y no pasaron hasta el Luis Suñer Picó hasta el mes de noviembre, en que visitaba el estadio local el Villarreal, con el que la UD Alzira empató a un tanto consiguiendo el de los azulgranas por medio de Manolo Cabello, de cabeza, jugador que procedía del Tortosa.
La historia más inmediata ya la conocen nuestros lectores. El estadio Luis Suñer Picó ha sido mudo testigo de muchas tarde de gloria en lo que al fútbol se refiere, como el ascenso a la División de Plata en la Liga Nacional.
Hoy, al Luis Suñer Picó, en sus inicios solitario, le acompañan edificios importantes, como el instituto de formación profesional que lleva en nombre de tan preclaro alcireño; la residencia Carmen Picó y otros tantos que forman parte de un gran polígono industrial que ha crecido en estos últimos años.
Alfonso Rovira 24-05.1996
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