Artículo de opinión de Rafael Clari
“No hay buenos y malos, entre todos tenemos que llegar al final del camino, al conocimiento y al éxito”
Hoy recordaba como hace unos dieciocho años atrás un compañero de profesión me comentaba “de lo que has aprendido en la carrera, apenas vas a poder enseñar una pequeña parte”. Era cierto, una muy pequeña parte; es lamentable pero irrefutable.
Hoy, si tuviera que dar el relevo, no gastaría la misma frase. Hoy diría, como suele hacerse con los padres cuando acuden a una reunión “hay que escuchar, hay que entender y hay que conocer para poder actuar”. Esa es la clave.
Cualquier otra jornada transcurre de forma monótona. Explicamos, exigimos trabajos y esperamos respuestas por parte de nuestros alumnos, al igual que de nuestros hijos. Adoptamos una dinámica peligrosa de castigar frente al reticente y premiar al que trabaja, estudia y aprende.
Y esto está bien. Pero no totalmente bien. Hemos de escuchar.
Es necesario entender y para ello hay que bajar de la tarima. Hay que dejar atrás la tiza y el cuaderno de clase. Hay que guardar por un día las notas y los libros. Hay que caminar, caminar y escuchar. Sólo caminando al lado de nuestros jóvenes, esos que más allá de quejarse apenas hablan abren sus mentes y ventilan sus historias.
Al principio bromean y comentan detalles de su trabajo académico que todos conocemos ya. Después, como si cayera un telón, se vislumbran otros fantasmas, otros espectros de la vida que apenas vemos en el devenir diario.
La tenaza del desempleo, la falta de recursos, las desgracias familiares, las esperanzas, las ganas de luchar y lo duro que en ocasiones golpea la vida; las alegrías y las penas en definitiva.
Este doloroso monstruo que aprovecha la debilidad de las familias para cebarse sobre los más indefensos mientras los más poderosos quedan exentos.
Pero aun de sus negras entrañas podemos sacar, sin duda, cosas buenas si nos lo proponemos. Hoy nosotros no hemos tomado un coche, ni un autobús para acudir a la cita con un centro del saber cómo es la Biblioteca de Carcaixent. Hemos aplicado un medio de transporte tan humano y saludable como el caminar para llegar a las instalaciones. No ha habido quejas ni reproches.
No ha sido difícil convencer a los alumnos de lo interesante que es para la salud de unos adolescentes el caminar. Con la ayuda de la crisis ha sido fácil. No hay dinero.
No ha sido difícil concienciarlos sobre las dificultades que tienen sus compañeros; la crisis lo ha hecho posible. No he necesitado explicar la importancia de compartir el bocadillo. Es demasiado difícil comer cuando eres observado por unos ojos hambrientos. Ojalá los políticos y banqueros almorzaran con los desahuciados. Me pregunto si las cosas serían diferentes.
Hemos caminado una larga distancia sin contaminar y hemos colaborado con la conservación de los recursos de nuestro planeta.
Hoy es un poco más fácil entender la importancia de algo tan importante como la sostenibilidad. Los ahorros del planeta, como los propios, no son ilimitados. El agua dulce que aplaca nuestra sed y da de beber a nuestros cultivos; las energías fósiles, esas que tantos problemas nos han dado y que hay que ahorrar; las energías renovables, esa manifestación del potencial de nuestra estrella, y el sol, que nos ilumina y calienta, ese astro, capaz de resolver junto a nuestra tecnología el problema energético de nuestro planeta sin riesgo para la salud de nadie. Unas lecciones tan sencillas de entender y tan difíciles de aplicar.
Nuestro planeta, el verdadero perdedor en esta maldita crisis, nuestra tierra y madre de todos. Principal afectada cuando nos preocupamos más de nosotros mismos que de su destino… que en el fondo es el de todos.
Hoy el techo del aula ha sido el cielo, un cielo nublado. Las aves del cielo han sido nuestras compañeras. Los árboles han sido nuestra pizarra. Hemos visitado los libros, conocimiento dormido y semilla del aprendizaje.
Para mi sorpresa han dominado muy pronto las técnicas de la búsqueda y localización de ejemplares. Han descubierto una filmoteca en soporte DVD de los contenidos más diversos. Han apreciado como el disfrute de la música almacenada en CD´s es un derecho y un privilegio que no debemos dejar perder.
Ha sido un día duro pero intenso. Un día en el que todos debemos aprender la lección. Los padres, los alumnos y los profesores. No hay buenos y malos, entre todos tenemos que llegar al final del camino, al conocimiento y al éxito.
Rafael Clari Casterá
Profesor del IES JM Parra de Alzira
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