Las llaves del ayuntamiento
En épocas más lejanas nuestro ayuntamiento disponía de una plantilla de alguaciles
Los alguaciles, en la organización administrativa, son una especie de agentes de los ayuntamientos y de los alcaldes encargados de efectuar los acuerdos de éstos y de practicar las correspondientes citaciones. Su nombramiento y separación depende de la Corporación Municipal, a no ser que vayan armados y entonces corresponden al alcalde. La palabra alguacil viene de árabe al-wäsir, consejero visir. Funcionario subalterno de un ayuntamiento; pero también los habían que ostentaban este nombre, alguacil de campo, o de hoz, que cuidaba de la vigilancia de campos o sembrados; el de montería, que lo hacía de las telas, redes y demás aparejos de la misma; el del agua, que en los buques cuidaba de la provisión del liquido elemento.
En el siglo XII se llamaba alguacil al juez o justicia de una ciudad; pero a partir de la Edad Media, el nombre comenzó a aplicarse a los agentes ejecutivos de la justicia. En la Edad Moderna, los alguaciles eran auxiliares del corregidor ocupados en las funciones de la policía urbana. En los pueblos del lejano oeste americano, el alguacil era lo que venía a ser el sheriff o el que ejercía la ley y el orden en cada pueblo.
Por supuesto, que en épocas más lejanas a las que conocimos, nuestro ayuntamiento disponía de una plantilla de alguaciles; pero en esta ocasión queremos recordar a algunos de los que conocimos que ejercían esta función en nuestra ciudad de Alzira, es decir a partir de 1939 que entraba a prestar servicio en el mes de abril Francisco Argente Pérez. Más tarde, en 1941, conoceremos a Juan Mompó Sánchis, que durante muchos años fue uno de los alguaciles que en ocasiones vestía traje y gramalla como macero en los actos en que la Corporación Municipal salía bajo mazas a algún acto oficial. Uno de los alguaciles más populares fue José Gallart Montalvá, que entró a prestar servicio en 1942. Siguieron otros funcionarios en este departamento, como Emiliano González Roque, Abraham Santos Garzón y Agustín Gregori Hernández entre 1943 y 1945. Pero nos detendremos en noviembre de 1944 cuando entró a formar parte del cuerpo de alguaciles un hombre bueno y no es que los demás no lo fueran, pero Manuel Clemente Martínez era un hombre fuera de serie en el cumplimiento del deber. El señor Clemente vino de su pueblo, Caudete, con tres hijos y seis hijas. Estando en el ayuntamiento durante veinte años desempeñando el cargo de alguacil hasta la avanza edad de 74 años, cuando la jubilación tenía que ser, reglamentariamente, a los 65; pero le aconsejaron que cuanto más tarde se jubilara percibiría más emolumentos, cosa que no era cierto pero como el señor Clemente era tan bueno, hizo lo que le mandaban.
Lo primero que hacía al despuntar el día era bajar a la ciudad desde su domicilio en la barriada de la Muntanyeta, donde siempre residió, para asistir a misa primera en la iglesia de Santa Catalina para después, en la era invernal, poner en funcionamiento la calefacción del ayuntamiento para que los funcionarios al llegar tuvieran una buena acogida en su puesto de trabajo. También le recordamos recorrer los puntos estratégicos de la ciudad para dar a conocer los bandos, auxiliándose con la trompetilla de las que usaban los basureros, por no saber hacer sonar la corneta. Después, por la tarde, en sus horas libres distribuía sacos de sal procedente de su pueblo por los comercios de la ciudad.
Otros alguaciles fueron Bernardo Alós, Ramón Álvaro Giménez, que al mismo tiempo era el encargado de hacer sonar los toques reglamentarios de las campanas de la iglesia de Santa Catalina, y Bernardo Cano Pedrós, que entraron a prestar servicio en 1950. Más tarde lo haría Fausto García Rallón, que fue pregonero; Florentino Pérez Bandrés; Luis Sánchez, jubilado y aficionado a la apicultura; Enrique Sales Pérez; Manuel Grau Gurrea, que fue alguacil mayor, y los que en estos momentos forman la plantilla como son Eric Vincent; María del Carmen Esteve; Antonio Álvaro; Bernardo Sierra; Vicente Blanquer y Esteban López Ruiz, el más veterano de los alguaciles, que entró a prestar servicio en junio de 1963, que en estos momentos desempeña el cargo de alguacil mayor, coordinado los servicios de este departamento estando a su cargo las misiones directas que vienen emanadas del alcalde.
La foto que acompañamos es de Florentino Pérez Bandrés, vestido de traje y gramalla de época, con la maza de plata dispuesto a custodiar a la Corporación Municipal en la procesión del domingo de ramos allá por 1969 o 1970.
Alfonso Rovira 10.05.1996
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