Artículo de opinión de Xavier Sierra
“La segunda revolución industrial vino de la mano de Alemania con el invento del motor de explosión”
Desde niño, sea por las películas de piratas o por algún que otro libro de aventuras, siempre he sentido fascinación por los piratas y su aventurera vida. Hoy, por muchas y variadas razones, ya no.
Aquí hemos tenido nuestros piratas famosillos, mayormente llamados corsarios. El corsario acepta las leyes y usos de la guerra, observa las instrucciones de su monarca y ofrece una fianza como garantía de que respetará el orden establecido. Su ejercicio profesional se limita a menudo por leyes u ordenanzas. Esto es, en resumen, la gran diferencia con los piratas: estos últimos actúan sin ley ni orden.
Entre los famosos corsarios españoles tenemos a don Antonio Barceló, para los amigos “Capitán Toni Barceló”, corsario con sede en Denia (teniente general de la Real Armada española), mayormente se dedicaba a los galeones argelinos. Otro corsario señalado, Pepe Lobo, con patente por DG y por el rey felón, Fernando VII, actúo en la Guerra de la Independencia contra los barcos franceses o colaboradores en las costas gaditanas; su amor por la rica heredera gaditana Lolita Palma es famoso en el Olimpo literario.
Aunque nadie en el mundo de la piratería ha podido emular a los ingleses. Los más famosos fueron Sir John Hawkins; su discípulo aventajado Sir Francis Drake y Edward Drummond, también conocido por Edward Teach, “Barbanegra”.
A principios del siglo XVIII (en 1712), Thomas Newcomen, herrero e inventor, y su socio Thomas Savery inventaron la máquina de vapor. Esta máquina fue mejorada y aplicada a la agricultura, industria y transporte por James Watt, matemático e ingeniero escocés. Con ello comenzó la primera revolución industrial.
El dominio de los mares conseguido por Inglaterra con la inestimable ayuda de su piratería, la estrategia militar de conseguir bases para la “Royal Navy” escalonadas a lo largo del mundo (entre otras Gibraltar) y la tecnología de vanguardia que les dio la máquina de vapor hicieron de Inglaterra la reina de los mares y la potencia hegemónica durante todo el siglo XIX y principios del siglo XX. Su poder no era sólo militar sino también industrial. Por ejemplo, en la década de los años veinte del pasado siglo, Inglaterra producía más de 700.000 motocicletas año, una proeza.
La segunda revolución industrial vino de la mano de Alemania con el invento del motor de explosión. Si bien la primera explosión dentro de un cilindro la llevó a cabo el belga Jean Joseph Etienne Lenoir, fue Nikolaus August Otto quien construyó el primer motor de gasolina de la historia, de cuatro tiempos, que fue la base para todos los motores posteriores de combustión interna. En 1886 Karl Benz comienza a utilizar motores de gasolina en sus primeros prototipos de automóviles. Leer artículo completo en: sierra.com.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Muy adecuado hablar de corsarios y piratas cuando se pretende hablar sobre economia, resulta reconfortante que un economista nos hable de la diferencia entre robar dentro de la ley (corsarios) y robar fuera de ella (piratas), es mas o menos la misma diferencia que existe entre vender preferentes a un jubilado y robarle la cartera.
El articulo es excelente y la precisión también. Respecto a tu problema con los acentos, Viejo, pienso que efectivamente puede ser de un virus, pero, por si no lo hubieras descartado que yo creo que si: ¿No tendrás la configuración de tu teclado en inglés y por eso no puedes acentuar gráficamente? Un saludo.
Muchas gracias por el interes, verbigratia, ignoro los rudimentos de la informatica, mis nietos me dijeron que era un troyano y que cuando tuvieran tiempo me lo ¿formatearian?, de todas formas les comentare tu consejo.
Lo que le ocurre a este aparato es que cuando pongo un acento me sale algo como as¨¨i.
Saludos y gracias.
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