Los caminos de la cruz
Algunas cofradías mantienen los Vía Crucis que se celebraban antiguamente
La palabra Vía Crucis procede del latín y quiere decir camino de la cruz, con los que se designa el camino señalado con diversas estaciones que se recorren rezando deteniéndose en cada una de ellas en memoria de los pasos que dio Jesucristo caminado hacia el Calvario. Es un conjunto de catorce estaciones que representan los pasos hacia el Gólgota o Monte de la Calavera.
En Alzira encontrábamos diversas mayólicas del Siglo XVII que señalaban las estaciones del Vía Crucis emplazadas en diversos puntos de nuestra ciudad. Las había en la Vila, en la calle San Roque y en el Arrabal, en las calles de Peris y Piletes y San Juan. En la de Piletes existía, quizás con carácter parroquial, ya que está la parroquia de San Juan, albergó un Vía Crucis de carácter parroquial. En los libros parroquiales de esta iglesia, de principios del siglo XVII encontramos referencias que hacen patente y de suponer que se llevaría a cabo un Vía Crucis en las proximidades de la misma que serviría del culto a los feligreses de la misma.
También de este siglo es el Vía Crucis existente en el calvario de la Muntanyeta del Salvador, que fue destruido y reconstruido en el segundo medio siglo del presente que ahora termina donde se conserva en las mejores condiciones, ya que fue construido bajo los auspicios de un donativo que dejó legado en herencia un alcireño antes de fallecer, que como vemos está situado en las proximidades de los monasterios existentes en Alzira, como eran el de los Jerónimos de la Murta, el ermitorio del Salvador y en convento de franciscanos al pie de la Muntanyeta.
En la actualidad y desde hace muchos años diversas Hermandades y Cofradías organizan principalmente el miércoles y jueves Santo sus Vía Crucis en Alzira; uno de ellos, de los más solemnes y espectaculares fueron los celebrados en la calle del Calvario que mandó construir José Pellicer Magraner, alcalde que fue de Alzira, en la barriada de l’Alquerieta, donde recuerdo que en la Semana Santa de 1967, con el patrocinio del Ayuntamiento y la cooperativa de viviendas Sagrada Familia y la colaboración de la Hermandad del Santo Sepulcro, se puso en escena una obra sobre la pasión de Jesucristo, dividida en quince cuadros e incluso se escenificó la crucifixión. Pero creemos que uno de los más solemnes, bellos y de tradición familiar es el que celebran los cofrades de Jesús Nazareno y Virgen del Sufragio, que tiene lugar en las calles de la antigua isla del Júcar, la Algezira árabe. Se celebra siempre el Domingo de Ramos por la tarde. Partía de la antigua iglesia del Sufragio en la plaza del mismo nombre e incluso cuando fue extinguida en 1967, debido a las ruinas en que se encontraban y al ensanche de las vías que la circundan, ha seguido saliendo de este punto. Un cofradía marcha de avanzadilla y va colgando de la pared de las casas de las calles por donde discurre este Vía Crucis, una pequeña cruz de madera pintada de negro, con la inscripción en números romanos de la estación correspondiente, donde la comitiva se detenía para rezar tras el paso de Jesús cargado con la cruz y ayudado por el Cireneo. Para que este Vía Crucis tuviera la solemnidad que requería era rezado por el recordado sacerdote alcireño Bernardo Mascarell García, doctor en sagrada teología, que el llegar al término del rezo del Vía Crucis, en las ruinas de lo que fue la primera iglesia de Alzira, Santa María, ofrecía el buen sacerdote una plática, que invitaba a la reflexión del momento que se estaba viviendo. Todos los penitentes tras el paso de Jesús Nazareno regresaban por el mismo itinerario, como se celebra actualmente, rezando el Santo Rosario.
Hoy, la Archicofradía sigue la tradición. Son lógicamente otros fieles los penitentes que asisten, familiares de los que antaño iba tras el paso procesional del Santo Entierro. Han pasado por la cofradía varios sacerdotes que han dirigido espiritualmente la misma y el rezo del tradicional Vía Crucis. Otras personas, por otra parte llegaron a formar parte de esta ciudad como nuevos vecinos que también pertenecieron en su pueblo a este misma paso, el de Jesús Nazareno, donde sus antepasados también pertenecieron al mismo paso. Uno de ellos, Ricardo Bellver, farmacéutico de Alzira que vino de Xátiva y se integró plenamente en estas tierras de la Ribera y que con ocasión del Vía Crucis del domingo último, con el presidente, Reyes Ibáñez y algún que otro cofrade se ocuparon del rezo correspondiente en este tradicional Vía Crucis donde en el transcurso del cual nos acordamos todos de nuestros antepasados que asistían cada Domingo de Ramos a esta acto tan piadoso.
Alfonso Rovira 06.04.1996
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