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Estampas y recuerdos de Alzira (177)Impresiones en la memoria
Alzira ha sido, y lo sigue siendo, una población que por número de habitantes es la más importante de España en técnicos de artes gráficas y si mucho me apuran de Europa
El descubrimiento de la escritura es un arte maravilloso. Por la escritura se difunde y perpetúa el pensamiento humano.
Durante muchos siglos, las letras fueron trazadas a mano dando vida a un oficio muy extendido, que era el de copista, del cual ya apenas tenemos idea; los libros tenían que ser forzosamente pocos y caros.
Por fin, en el Siglo XV se descubre el medio de reproducir una obra en miles de ejemplares, en muy corto tiempo. Tal fue el descubrimiento de la imprenta, la cual se atribuye a Gutenberg, quien concibió la idea difundir caracteres movibles de metal.
La ciencia, antes reservada a algunos privilegiados ha venido a ser, por medio de la imprenta, patrimonio de todo el mundo.
Podemos valorar, sin posibles equivocaciones, que Alzira ha sido y lo sigue siendo, una población que, por número de habitantes es la más importante de España en técnicos de artes gráficas y si mucho me apuran, de Europa.
En 1872 se funda en Alzira la primera imprenta, cuando solamente había dos en Valencia y una en Xàtiva, la de Blay Bellver. La crea un villenero, José Muñoz Ferriz, que al mismo tiempo era oficial del Ayuntamiento de Alzira. La primera la instala en la calle San Roque, cerca de la Casa Consistorial, al mismo lado de la casa de médico Julio Tena, que más tarde la trasladaría a la Plaza de Santa Catalina, después frente el Hotel Colón y, finalmente, en 1909, a la Plaza Mayor donde siguen trabajando sus sucesores. Algunos de los industriales impresores que tienen instalada su imprenta se iniciaron en la Imprenta Hijos de Muñoz.
Años más tarde, una nueva imprenta se crearía en Alzira; la de Baldomero Cuenca Juliá, allá por el 1885, a quien sucedería su hija Matilde y que en 1970 tomaría las riendas Bernardo Primo, bajo el nombre de Gráficas San Bernardo.
Al comienzo del Siglo XX, los Lledó instalaron su imprenta en la Calle Mayor Santa Catalina, frente el Hotel Colón, negocio que les fue incautado en la Guerra Civil por orden del alcalde Oliver y que más tarde, a mitad de la década de los años 40, trasladarían a la capital de provincia.
Gráficas Exprés vendrían a funcionar poco después en la Plaza Mayor, de la mano de José Moll Sánchis, quienes se ocuparían de imprimir los pocos números de la revista Xúquer entre 1935 y 1936, bajo la dirección del sacerdote y archivero municipal, Vicente Pelufo Corts.
Papensa, una empresa de los exportadores de naranjas que fabricaban e imprimían papel de seda para envolver la fruta, con máquinas rotoplanas.
Arturo Cuenca -de la saga de impresores- fue uno de los que trabajaron entre 1941 y 1943 en la fábrica de Cartonajes Suñer de la calle Dr. Ferrán dejando esta empresa para independizarse e instalar su propia imprenta en la calle Mayor San Agustín, 36. Casualmente, Arturo Cuenca comenzaba su andadura en la nueva dedicación confeccionando una esquela mortuoria, el 23 de julio de 1943 y su último trabajo fue también otra esquela el 13 de septiembre de 1957, cuando se produjo su óbito. La imprenta Cuenca, una empresa de prestigio en las artes gráficas de nuestra población, que continuaron sus hijos Arturo y Pepe, quienes hace pocos meses, tras más de cincuenta años de dedicación, han pasado a una bien ganada jubilación. En 1985, los hermanos Cuenca recibieron el título de empresa centenaria por la Asociación Gremial de Maestros Impresores de la Capital de provincia.
Aparte de Lawson Mardon Suñer, la antigua fábrica de Cartonajes, que acogía la mayor parte de técnicos en la materia, otras imprentas seguían funcionando y lo continúan en la ciudad, como Gráficas Alzira, una industria que compartían Francisco Piera y Antonio Ferrer, en la Plaza de Santa Catalina que más tarde se separaron y que la continuaría el hijo del primero, Paco Piera, en la calle Pérez Galdós; Gráficas Ull, que se instaló en el Penalet y que hoy funciona en la calle Júcar al lado de Correos. Graficuatre, que el 1971 -este año celebran las bodas de plata- que Antonio Andrés, José Gisbert Tomás Pérez y Salvador Furió, a quienes el recordado Vicente Sanz Castellanos llamaba sus chicos por haber sido sus discípulos en Cartonajes Suñer comenzaron a trabajar en su nueva empresa en la calle San Roque, en la casa de los Martínez y que poco después se trasladarían a la Partida Tisneres, desde donde imprimen y distribuyen cultura, siendo conocidos en toda la nación.
La de Reyes Ibáñez, con una dedicación de 50 años en el oficio; 30 años en Cartonajes Suñer, siete en Hijos de Muñoz y 13 en su imprenta del carrer de la Palla. La de Seguí, en la Plaza de la Constitución y la del Nou d'Octubre.
En los 124 años que la industria de artes gráficas lleva instalada en Alzira, habrán pasado muchísimos técnicos por sus máquinas, pero hoy queremos recordar a los que conocimos, como fueron y son, Conrado Muñoz y sus hijos Pepe y Jesús; Arturo Cuenca y sus hijos Arturo y Pepe; Paco Piera, Enrique Ull Donet, Vicente Miró, Lucas Ibañez -lleva 40 años en la antigua Imprenta Muñoz- y a Ernesto Pau Blay, más conocido por Spanqui.
La foto que acompañamos es la de una máquina de la Imprenta Cuenca a la que también sorprendió la Pantanada de 1982.
Alfonso Rovira 08.03.1996
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