¿Alguien se atrevería a calificar a Raúl, a Villa o a Messi de ladrones, chulos, cobardes, impresentables o que tienen mala fe?
A la sombra del algarrobo
Ramón Alfil
Escribí hace unos días sobre la actitud que tuvo el jugador valencianista Miguel con Gallego Galindo, árbitro asistente del encuentro Racing de Santander - Valencia, al que insultó y amenazó de muerte tras una falta que éste le señaló y que el futbolista consideró inexistente. El árbitro principal, Clos Gómez, no lo dudó, expulsó al jugador y redactó en el acta, con todo detalle, lo sucedido. Inevitablemente, la reacción del colegiado ha sido el cebo ideal para los medios de comunicación.
Después de leer la prensa y escuchar diferentes programas radiofónicos, no me queda más remedio que manifestar mi repulsa de cara a todos esos profesionales que hacen del imprudente uso de los adjetivos un estoque que apuñala la imagen pública del fútbol y atenta contra la dignidad de las personas, en concreto, casi siempre, la de los árbitros de fútbol.
Sobre el tema que me lleva a este escrito y sobre tantos y tantos otros asuntos referentes a los árbitros he leído y, sobre todo, he oído (la lengua no tiene hueso), adjetivos como: ladrón, chulo, cobarde, impresentable, mala (fe)… Aprovechar unas páginas o unas ondas para calificar de esta forma es de cobardes; sí, de cobardes. Y lo voy a justificar porque nunca, absolutamente nunca, he leído u oído en los medios públicos semejantes ofensas contra un jugador de fútbol. Y, la verdad, ni falta que hace.
Esperemos que un día estos mismos periodistas que, afortunadamente son una minoría descerebrada (sería injusto meter a todos en el mismo saco), utilicen un titular o un micrófono para calificar a Raúl, a Villa o a Messi, por poner algunos ejemplos, de ladrón, chulo, cobarde, impresentable o de mala fe. Eso, eso… ¡Esperemos! ¿Son o no son “gallinas” estos informadores?
Y, ¿cómo reaccionarían si a sus hijos, públicamente, les llamasen ladrones, chulos, cobardes, impresentables o que tienen mala fe?
El adjetivo calificativo, según definición lingüística, es una palabra que acompaña al sustantivo, concordando con él en género y número, para limitar o completar su significado. Y yo añadiría que el adjetivo calificativo es un aderezo de la lengua cuando es preciso y conforme a la razón y a la equidad; virtudes que, al parecer, no son el pan de cada día de esta minoría que solo busca rajar en lugar de ofrecer una adecuada información periodística.
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