Enseñar al que no sabe
Antonio Gálvez, toda una institución en Alzira a través de su dedicación profesional en el Instituto de Bachillerato Rey Don Jaime
Aquí han nacido mis hijos; aquí he formado mi casa y he podido disfrutar durante los últimos 35 años, la amistad y las atenciones con las que me habéis honrado.
Con estas palabras terminaba su intervención Antonio Gálvez Sánchez, al que se le tributó un homenaje al mediodía del viernes 15 de este mes de diciembre en el Salón de Actos del Instituto de Bachillerato Rey Don Jaime, por el director del centro, Antonio Ródenas, claustro de profesores y compañeros, al haberle llegado la edad de la jubilación. En el escenario se situaron con el homenajeado y su esposa, el director, vicedirectora Pura Santacreu y el que fue director del centro, José Luis Espinosa, que llevaron a cabo parlamentos que resaltaron la labor de Gálvez en los últimos 35 años en el centro docente.
¡Cuántas generaciones de jóvenes estudiantes ha conocido Antonio Gálvez, que han pasado por las aulas del Instituto alcireño de la Carretera de Gandía! El 15 de Abril de 1960 salía publicada la resolución en el B.O.E. del nombramiento del Ministerio de Educación Nacional de Capataz de Prácticas Agrícolas del Centro de Enseñanza Media y Profesional de Alzira, tomando posesión tres días más tarde siendo director del mismo el profesor de matemáticas Pedro Manuel Castro Rodrigo.
Por aquella época, el instituto de modalidad laboral venía funcionando en las antiguas Escuelas Pías, disponiendo, al lado del terreno que hoy ocupa el Centro educacional, un edificio donde se disponía de instalaciones para el campo de experiencias agrícolas donde los alumnos aprendían a saber conducir un tractor, mula mecánica, bomba de riego y, al mismo tiempo, se les enseñaba a cultivas verduras que alumnos sembraban, abonaban y regaban que después las lechugas, rábanos, patatas, etc. se las llevaban a sus casas. Entre otras actividades que desarrollaban, eran prácticas en los talleres de electricidad, mecánica y carpintería; enseñanzas que recibían de los profesores José Luis Espinosa, José Almiñana y Emilio Tortosa, respectivamente. Por otra parte, Antonio Gálvez era el encargado de transportarles en el remolque del tractor a experiencias que se desarrollaban fuera del recinto, como en una ocasión que estuvieron en la Casella con el profesor Salgado para la caza de mariposas. Cuenta Gálvez que el bachillerato laboral incluía una sección profesional, de manera que los alumnos de Bachillerato Laboral Superior gozaban de gran prestigio en las universidades.
Otras actividades en las que tomó parte Antonio Gálvez en el Centro de Experiencias Agrícolas fue el análisis de tierras de cultivo y plantas enfermas que aportaban los labradores de la comarca, que analizaba el profesor de física y química, José Pellicer Magraner, cuyo cuaderno de notas conserva Gálvez como pieza documental.
Coincidió que al llegar a Alzira en 1960 darían comienzo las obras de la construcción del nuevo instituto en la partida de Fracá, a la salida de la ciudad hacia Gandía, locales que ocuparían tres años más tarde. Antes de que dieran comienzo las obras, el capataz tenía plantados en los terrenos donde más tarde se ubicaría el instituto, en las ocho o nueve hanegadas de terreno, maíz híbrido americano que tuvo que cortar y vender antes de madurar a los vaqueros para pienso, por un total de 750 pesetas.
Al principio de instalarse en la vivienda de la ya desaparecida granja fue para Gálvez y su familia una aventura. No disponía de luz eléctrica ni de agua potable de la que había que transportar de la cercana calle Dr. Fleming, pero gracias a las gestiones del profesor José Luis Espinosa se consiguió la instalación de la luz y en un plazo relativamente corto el agua, aunque esta era abastecida con el coche cuba del ayuntamiento que conducía Ricardo Sales, el jodiet.
Durante la legislatura de José Luis Espinosa, como director del centro, le ofreció regentar el bar para que pudiera obtener algún beneficio económico, -cuando llegó a Alzira, Gálvez recibía de la Administración 800 pesetas mensuales- y así, en 1974, con Paquita, su esposa y sus hijos han llevado el bar del centro durante los últimos 11 años.
Ya se pueden imaginar cuantos bocadillos pasaron por sus manos y todavía la señora Paquita la recuerdan y saludan los ex-alumnos que consumieron las sabrosas viandas preparadas por tan diligente cocinera.
Años más tarde la familia Gálvez se trasladaría a otra vivienda más cercana al edificio central, permaneciendo en la misma hasta 1982 en que a consecuencia de la “Pantanada” fue destruida. Desde esta ubicación atendía en el campo próximo, dentro del recinto, las instalaciones del servicio meteorológico, del que muchas veces se aprovechaba la emisora local Radio Alzira para ofrecer a los oyentes, sobre todo en los fríos días del invierno, la información que los agricultores esperaban a la hora de la sobremesa en el programa Terra Nostra.
Así han transcurrido casi 36 años, más de la mitad de la vida de Antonio Gálvez, toda una institución en Alzira a través de su dedicación profesional en el Instituto de Bachillerato Rey Don Jaime y en estas tierras que hoy las considera como si aquí hubiera nacido.
Alfonso Rovira 22.12.1995
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Antonio Galvez es una de las personas más competentes y trabajadoras que he conocido en el instituto rey don Jaime. Agradezco a Alfonso Rovira el que vuelva a homenajearlo editando la crónica que publicara en el Levante a raíz de su jubilación. El señor Galvez constituyó el mejor sostén con el que contaron los directores del centro. Nunca olvidaré su eficaz colaboración tras la "pantanada" de 1982. Más lúdico y festivo fueron los trabajos destinados al diseño y plantación del parterre dedicado al titular del instituto. Gracias. Bernat Montagud.
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