Poema de María Fernández
Lugar de encuentro
Por: María Fernández
El hijo del carpintero
Después de la anunciación de aquel ángel a María,
ella se fue a la montaña para auxiliar a su prima,
que iba también a ser madre y era ya muy viejecita.
Así que hacía ya unos tres meses que José no la veía
pues se había ido a Aincarim para ayudar a su prima.
Mas después de aquellos días, de regreso a Nazaret,
que estaba esperando un hijo, se la notaba muy bien,
y debió de sorprenderse hasta el mismo San José.
Que José era un hombre justo, el Evangelio recalca
y por ser como era justo, debería denunciarla,
pues iba a tener un hijo sin que estuviera casada,
y según la ley judía, debía ser apedreada.
Y ¿sabéis por qué motivo no tuvo que denunciarla?
Lo lógico es que María, a José se lo contara,
como haría cualquier chica que en su novio confiara;
que había venido un ángel… lo que éste le contara…
que Dios en ella quería tomar apariencia humana,
y que sería Dios mismo quien este portento obrara,
y que ella no sabía cómo, pero estaba embarazada.
-Pues sí que es raro, María; yo tampoco entiendo nada;
mas como confío en ti, también creo en su palabra.
Por eso no la denuncia, pero decide dejarla
porque no se cree digno de mujer tan encumbrada,
escogida por Dios mismo como madre… ¡casi nada!
José en su humildad pensó: “Ella tan privilegiada,
y yo, sólo un pobre carpintero… aquí yo no pinto nada”.
Pero recibe un mensaje mientras estaba durmiendo:
“-Porque eres un hombre justo y has aceptado el misterio,
y has confiado en María, incluso sin comprenderlo,
Dios también cuenta contigo; tú pondrás nombre al pequeño,
pues según la Ley Judía, el padre debe ponerlo;
por tanto, serás su padre, para todos los efectos.
Anda pues, junto a María en nombre del Dios del cielo.
-María, Madre de Dios, yo le estoy agradecido;
he podido constatar que también cuenta conmigo,
pues a mí me ha confiado la custodia de su hijo;
y si en ti el que es poderoso obra una tal maravilla,
a mí también se me asocia a la Sagrada Familia.
Iba creciendo Jesús en el taller de un obrero,
y la gente le llamaba el hijo del carpintero.
Iosua Bem Ioseph era su nombre en hebreo.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Hoy es dia de trabajador . No hay derecho que lo celebren los holgazanes y los que solo trabajan con el diente y la lengua. Quien trabaja y mata el habre, no come el pan de nadie. Pero quien no trabaja y come , come siempre el pan de alguien (dice un poeta que yo conozco y es popular. Me gusta mucho.S. José no comia el pan de nadie. Era carpintero. No sé si está nombrado patrono de los carpinteros, si no está, merecia...Maruja Fernández lo pinta muy bien en sus versos de hoy. Si no los han leído hoy,háganlo mañana o pasado, para que ellos no pasen sin ser leídos y saboreados.Poetas! Juntense a la poetisa Maruja Fernández y digan al seisdoble vuestras cosas bonitas.Gracias, Maruja.
Maruja, siempre nos sorprendes con tus poesias, estan llenas de ingenio. Nos dejas escrito en este poema todo un pasaje de la vida de Jesús. Gracias por todos tus aportes.
Un abrazo
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