Una mujer adultera de Gaza es obligada a beber de una botella de herbicida. Después, un tiro en la boca “lavó el honor”
En Gaza, una mujer casada no puede dejarse ver con un hombre que no sea su marido o su familiar
Para el asesino de un crimen de honor su paso por la cárcel es breve
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU 1948) habla de aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Al parecer, en Gaza no quieren saber nada de esto; lo prueba la crónica negra que se ha podido leer estos últimos días en la prensa mundial
Sorprendente crónica negra en pleno siglo XXI
La policía de Gaza encontró a K. K. en una barraca de playa con su supuesto amante cerca de Jan Yunis, al sur de la franja hace dos semanas. Los detuvieron, los interrogaron y después los soltaron. La pareja sabía que el castigo no acababa ahí. Sabían que en Gaza, una mujer casada no puede dejarse ver con un hombre que no sea su marido o su familiar. Sabían también que tratándose de Jan Yunis, una de las zonas más conservadoras de la franja, el castigo no tardaría en llegar. Lo que desconocían es el grado de brutalidad que iba a alcanzar. “Muy grave incluso para los estándares de Gaza”, según una activista de derechos humanos de la franja.
Esa misma noche, ya en casa, K. K., universitaria de 22 años, casada con su primo y madre de una niña de año y medio tuvo que enfrentarse al interrogatorio de su familia. K. K. confesó su supuesto crimen, consciente de que había violado las estrictas normas de moral que rigen en Gaza. Horas después de la confesión, su tío la obligó a beber de una botella de herbicida, hasta que la muchacha cayó inconsciente. En ese estado, el tío la llevó hasta el hospital Nasser de Jan Yunis, donde a las 21.00 la ingresaron en cuidados intensivos. Intento de suicidio, explicó el tío a los médicos que trabajaban aquella noche. La dejó moribunda, convencido de que aquel era el final de su sobrina, según el testimonio de personas cercanas al caso.
Pero K. K. empezó a mostrar signos de recuperación. De madrugada, su tío se presentó de nuevo en la sala de cuidados intensivos. El médico corrió a transmitirle la buena noticia. La chica estaba mejorando. Al tío no le gustó el diagnóstico. Sacó una pistola y amenazó al médico y a la enfermera. Después, metió la pistola en la boca de su sobrina y disparó. K. K. murió en el acto.
La policía tuvo conocimiento de la muerte. La familia, en un intento de minimizar daños, le entregó a un hermano enfermo mental, acusándole del crimen, pero los médicos identificaron al tío. El asesino confesó y ahora espera en prisión una sentencia que castigue el asesinato, indica Ayman Batniji, portavoz de la policía de Gaza.
La pena máxima por un crimen de honor puede llegar a tres años,
pero lo más corriente es que no supere unos meses
Batniji explica en su despacho que cuando un vecino les da el chivatazo de que alguna mujer está en un restaurante con alguien que no es su marido, las patrullas policiales acuden raudas. Si no ha habido relación sexual de por medio los sueltan pronto. Si la ha habido, irán a juicio. En el caso de los mal llamados “asesinatos por honor”, Batniji explica que la ley es generosa con el agresor porque se entiende que trata de “limpiar la honra” de la familia.
El tío de K. K., también sabe como cualquiera en la franja, que por tratarse de un crimen de honor su paso por la cárcel, será breve. La pena máxima en estos casos puede llegar a tres años, pero lo más corriente es que no supere unos meses, señala Zeinab el Ghunaimi, del centro de asistencia e investigación legal para mujeres de Gaza. “Aquí se aplica una ley que se remonta a los tiempos del mandato británico y que considera que los asesinatos por honor no son intencionales. Mientras que los demás pueden acarrear la cadena perpetua; cuando se trata de un crimen de honor lo más normal es que la pena sea de entre uno y tres meses”. La idea que subyace en el artículo 18 de la ley de 1936, que debía haberse derogado el año pasado y de otros que regulan esta cuestión, es que un hombre que presencia la infidelidad de su mujer puede perder el control y volverse violento, aunque el atenuante por honor se aplica tanto si el hombre presenció la infidelidad como si no. Muchos casos se resuelven en negociaciones a puerta cerrada entre los miembros de las grandes familias y clanes de la franja. Leer noticia completa en El País.
¿De qué hablamos cuando hablamos de muerte por honor?
El adulterio en otras partes del mundo - Provincia de Chimborazo (Ecuador)
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Un hombre puede tener las esposas, amantes que quiera, sin ser penalizado. Una mujer no puede tener ni siquiera a su marido porque en la gran mayoría de los maridos le es infiel y le engaña con otras y este está libre de pecado y de penalización. María la mujer prostituta del evangelio iba a ser lapidada, Jesús defendió la causa: “Quien este libre de pecado que tire la primera piedra”. Mujeres maltratadas, mujeres muertas por las manos de sus propios esposos. Ellas tapados los rostros, y los hombres con las campanas libres a las puertas de las todas las mujeres tocando sin descanso. Con esto que según la palabra de Dios la mujer se hizo de una costilla de Adan son los amos de las esclavas de las pobres Evas que en este mundo hay.
Y luego culpan a la mujer Eva por ser engañada y el hombre por comer por culpa de ella la manzana. Nunca los hombres en las historias pierden, son machos ganadores fuertes. Las mujeres siempre pierden, a los ojos de ellos son esclavas de sus menesteres.
Ahora yo pregunto ¿Es justo esto? No es más el agua que el fuego, ni el aire mas que la tierra, todo en este mundo es necesario, y se debe de respetar, y viviremos en un mundo feliz con libertad. Dios nos ha hecho libres sin esclavitud, el hombre esclaviza por ser un gran machista. Amo a los hombres que Dios creo, pero no estoy de acuerdo de esa libertad que el escogió.
Soy una mujer creada por Dios, tengo el mismo derecho que tiene el hombre por la libertad que nos dio.
Rosa maría de Dios
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