No es tan fácil ser un derrotado feliz. Muchos lo han intentado, pero pocos son los capaces de convivir en armonía con el dolor
Que viene a querer decir "problemas en la cabeza". Y es que por mucho que las adversidades afecten a la salud, al amor, a la familia, al trabajo o a lo que ustedes quieran, donde realmente inciden las contrariedades es en la cabeza. Día tras día, hora tras hora, incluso, segundo a segundo, los problemas cotidianos de la vida martillean incesantemente nuestra pobre mente.
Hay gente que sabe convivir perfectamente con las dificultades. Es más, incluso, se crecen ante ellas. Casi se podría decir que disfrutan con ellas. Supongo que más que nada será porque, generalmente, suelen conseguir superarlas. Estos privilegiados son "los triunfadores", y resultan tan perfectos que apestan.
El polo opuesto está compuesto por los débiles, los que se ahogan en un vaso de agua y están todo el día quejándose. Éstos apestan tanto o más que los primeros. No hacen nada para mejorar, y siempre creen que sus desgracias son a causa del mal comportamiento de los demás.
Los míos son los resignados, los que se saben fracasados y se regodean en su impotencia. Pero no se crean, no es tan fácil ser un derrotado feliz. Muchos lo han intentado, pero pocos son los capaces de convivir en armonía con el dolor. Los que no pueden soportarlo, acaban tomando decisiones drásticas para liberarse definitivamente de sus padecimientos. Les estoy hablando de gente como Gram Parsons, Kurt Cobain, y ahora parece que también, Amy Winehouse. Pero por encima de todos ellos se eleva la maravillosa cantante que tienen en las imágenes de esta entrada. ¿No la reconocen? Es la más triste entre las tristes, la fiel compañera de Bobby McGee, la incomparable e inimitable (lo siento, Amy) Janis Joplin.
Popeso Dudando
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Muy buen articulo.
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