Artículo de opinión de Marino Baler
Se trata de la primera novela que leo de Coelho. Me habían hablado de este autor y de la espiritualidad de sus obras, teniendo el eje religioso en muchas de ellas. Para un ateo convencido como yo era imposible que algún día leyese alguna novela suya, pero si una narración tiene su punto de partida en Soria, algo tiene que tener de bueno. En esta ocasión, y creo que siempre, pueden más los sentimientos inexplicables que evocan un lugar por razones que difícilmente llego a comprender a cualquier sentimiento de rechazo bien argumentado.
Es una novela que si bien no es de mis temáticas preferidas he disfrutado mucho leyéndola. Me gusta ese halo de misterio que envuelve a los personajes principales, incluso el nombre del masculino no se conoce. Una historia de amor que yo considero trágico pues ambos sacrifican cosas para estar juntos. Pero al mismo tiempo es de esperanza y de destino. Un destino que hace que si dos personas han de estar unidas acaban estándolo por muchos años y circunstancias que tengan que pasar entre esos tiempos.
Especialmente me ha gustado un capítulo en el que los protagonistas están en una plaza sentados, de noche, observando una fuente, hablando en silencio y escuchando las palabras mudas del otro. Son momentos que hay que vivirlos para saber de lo que se habla.
Resumiendo. Creo que es una novela que atrapa al lector porque tiene una trama muy sencilla y que todos han vivido ¿Quién no ha caído víctima de un amor imposible? ¿A quién no le hubiera gustado saber el resultado final de ese amor? Todo esto lo ofrece el libro. Cualquiera puede verse reflejado en algún pasaje del mismo, como viviendo su propia historia. Eso es lo que lo hace francamente cautivador.
Marino Baler
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