Recuerdos cargados de pólvora y fuego
Albert Rubio fue presidente de la Junta Local Fallera durante siete años
Señor alcalde; després de haver recorregut tots els barris fallers del poble, per arreplegar les comissions, en bambolles als peus, hens açí sense novetat.
Así se expresaba Alberto Rubio Santa Fe cada año, al llegar al Salón de Sesiones del Ayuntamiento tras abrirse el Pleno Extraordinario que daba paso a la proclamación de las Falleras Mayores Alzira.
Alberto Rubio, con su valencianía de la cabeza a los pies, se inició en las fallas gracias a una invitación de Rafael Ruiz Baixauli para que se integrara en la comisión de la Plaza del Caudillo, allá por 1960, del que vemos refrendado en uno de los llibrets de esta falla, como delegado en la Junta Local Fallera.
Al entrar en el Consistorio Municipal como concejal fue nombrado por el alcalde José Pellicer Magraner presidente de la Junta Local Fallera el 8 de Febrero de 1967, dependiendo de la regiduría de festejos que presidía el teniente de alcalde Rafael Presencia Lliso. Muchas innovaciones y aportaciones personales trajo bajo el brazo Alberto Rubio para ponerlas en práctica en los siete años que duró su mandato. Siete fueron también las fallas mayores que se plantaron aquel año y por vez primera una falla en la Plaza, entonces del Caudillo -cuya comisión estuvo inactiva unos años- a cargo de la Junta Local, que denominarían falla So Bernat, que no entraba en concurso.
La primera proclamación a la que asistió el nuevo presidente fue la de las falleras mayores Fina Benedito Sifre y María José Aguilar Florit.
En 1968 pone en marcha el parador fallero So Bernat en el Gran Teatro, que años atrás, con la misma denominación, funcionaba en el patio de las antiguas Escuelas Pías, donde hoy se ubica el Hogar del Pensionista.
El 11 de Marzo de aquel año 1968, por los méritos contraídos en los dos ejercicios que llevaba al frente de la Junta, se le concede, por acuerdo unánime, el máximo galardón de las fallas alcireñas, la Flama d’Or, que le es impuesta en el transcurso de la presentación fallera en el Gran Teatro ese mismo día por la fallera mayor María Amparo Sifre Tudela.
A Alberto Rubio, los falleros de Alzira le deben, entre otras cosas, la importación e innovación de la uniformidad de la vestimenta masculina en el mundo de las fallas. En esta línea de conducta cabe destacar la instalación de la sede de la Junta Local en el piso superior del edificio del Ateneo Mercantil en 1971, al cumplirse el 25 aniversario de la creación de la Junta Local Fallera. Dicho local se vio honrado durante más de 20 años por la presidencia de la Senyera, que fue entregada a la Junta por el alcalde José Pellicer para su custodia como símbolo del alcireñismo de los falleros.
Desde 1967, al tomar posesión de la Junta Alberto Rubio se desligaron los cargos de la presidencia de
Festejos del Ayuntamiento con la Junta Local como una medida muy acertada para concederles la independencia -escribe el teniente alcalde Rafael Presencia Lliso, en el libro de la Junta Local de 1971- la autoridad y la responsabilidad que les incumbe, la elasticidad necesaria para desenvolverse en su ámbito, que anteriormente podía verse mermado al ejercerse por la misma persona.
Alberto Rubio también mando confeccionar el primer estandarte de la Junta, que fue pasado por las aguas de la pantanada al encontrarse este en las dependencias del Gran Teatro.
En 1971, al cumplir la Junta Local sus primeros 25 años, en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento tuvo lugar la imposición de Bunyols d’Or a todos los presidentes habidos en la Junta Local desde su creación en 1944 recibiéndolo de manos del vicepresidente de la Junta Central de la capital de provincia; el primer Antonio Martínez Benedito, presidente; Rafael Pelufo Estrugo; Miguel Alcón Orrico; Bernardo Andrés Bono; José María Sales Luis; Arturo Masiá Picot; Francisco Llácer Domingo; Juan Ferrer Ferrandis y Alberto Rubio el presidente en aquel momento. También el alcalde José Pellicer impondría a las falleras mayores habidas en la ciudad desde la creación de la Junta, que se hallaban presentes en este acto, el Escudo de Oro de la Ciudad con orla de perlas.
La fotografía que acompañamos, de aquel mismo acto, recoge el momento de la imposición a Alberto Rubio del Bunyol d’Or. Le acompañaban el presidente de festejos, Juan Uribe Diego y el secretario de la misma área, Jorge Lacruz.
A Alberto Rubio aún le quedaban tres años de mandato siendo sustituido por Ginés Gil Azorín en el mes de febrero de 1974. El 20 de mayo del año siguiente, Alberto Rubio recibiría un caluroso homenaje de todos los falleros junto a las autoridades reuniéndose en un acto que tuvo lugar en el Club de Tenis Alzira. En aquel mismo año, en el mes de noviembre, recibiría el Bunyol d’Or amb Fulles de Lloret, de la Junta Central Fallera.
Quede aquí nuestro patente recuerdo al bien hacer de un hombre que sin haber nacido en este pueblo supo darlo todo por él.
Dicen els gojos a la Mare de Deu de Lluch: El que en Alzira ha naixqut, o en Alzira s’ha criat, per el Pare Sant Bernat, amparat sempre ha segut.
Alfonso Rovira 17.03.1995
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