Por: Bernat Montagud Piera
El proceso religioso y político - Cofradía del Santísimo Ecce-Homo
Lectura con música de fondo
Imágenes de la Pasión
Bernat Montagud Piera
El proceso religioso y político
Cofradía del Santísimo Ecce-Homo
Anotaciones históricas de la cofradía
Señala Aureliano Lairón: “La cofradía del Santísimo Ecce-Homo debió estar estrechamente vinculada en sus orígenes a la Capilla de la Sangre. Su titular fue, probablemente, una imagen de Jesús (un crucificado sangrante, la figura del Redentor sosteniendo en sus manos un cetro de caña. El arzobispo Fabián y Fuero, en su informe del s.XVIII se refiere a una capilla dedicada al Ecce-Homo, sin duda la conocida como de la Sangre”. Demolida la ermita en 1841 no será hasta 1870 cuando se creó
La Cofradía del Ecce-Homo fue erigida canónicamente en 1902. Lo integraban profesionales liberales: (escribanos, procuradores, abogados, notarios, médicos, farmacéuticos. El paso originario, cuya imagen, recopilada por Bernardo Andrés Bono (ver foto 2) fue incinerada en 1936.
En 1940, una familia adquirió del imaginero Valerio, por un importe de 10.000 pesetas, replica del desaparecido. Éste procesionó hasta 1952 (en la actualidad, la imagen de Cristo puede verse en el Santuario de la Virgen de LLuch). En abril de 1952 fue bendecido el actual paso, obra de Carmelo Vicent Suria.
El escultor-imaginero Carmelo Vicent Suria
Nacido en Carpesa en 1891, falleció en Valencia en 1957. Cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de. Allí, al tiempo que atendía su taller, impartió clases en su cátedra de Talla Escultórica. Escultor de probada maestría alcanzó en 134 el Premio Nacional de Escultura. Dotado de un gran dominio de los procedimientos escultóricos destaca en el trabajo de madera y se inscribe en cuanto a imaginero en la línea de los escultores barrocos, aportando una peculiar nota clasicista.
El paso procesional alzireño
Carmelo Vicent Suria percibió de la cofradía alzireña 78.000 pesetas. Componen el paso tres esculturas: Cristo, el pretor Poncio Pilato y un esclavo negro. Vicent, frente al acusado patetismo de sus precedentes, nos muestra un Cristo que emana belleza serena, labrando un desnudo clásico, tanto por el “contrapposto” como por el espíritu de resignación que asume la sentencia. Tras Cristo, en el Pretorio, se alza el tribunal con Poncio Pilato sentado en la silla curial. Su rostro, distante, refleja la ausencia del compromiso con el que pronuncia, al tiempo que se lava las manos:”Soy inocente de la sangre de este justo”. A sus pies, un sirviente de tez negra le ofrece la jofaina en la que Pilato se exculpa de la sentencia.
Creo que idéntico compromiso –limitarse sin más a cumplir el contrato- asume el escultor Carmelo Vicent. Dada su calidad y prestigio debió haber tallado un paso más excelente. En 2005 integraban esta cofradía 300 hermanos, con una banda de 30. Ésta, ha posibilitado el renacimiento de esta histórica hermandad.
Próxima entrega: Archicofradía de Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Sufragio.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Que esplendido dosel del Ecce Homo, en el espacio de la que fue su capilla historica.
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