El año 2017 deja un mercado de trabajo dinámico pero dañado por la precariedad y los bajos salarios
Según las cifras publicadas por el SERVEF, el paro registrado en el mes de diciembre de 2017 en la Ribera, se ha situado en 19.483 personas, es decir, 478 parados más que en el mes de noviembre.
Por su parte, los datos anuales indican que tenemos en este diciembre 1.056 parados menos que el mismo mes del 2016 lo que supone una reducción de desempleo anual del 5’14 %.
En cuanto a la contratación, se han registrado 10.755 contratos en diciembre 2017, lo que ha supuesto 405 contratos más que en el 2016 es decir un 3’91% de incremento interanual. Por géneros, 4.047 han sido a mujeres (37’63%) y 6.708 a hombres (62’37%). La contratación indefinida mensual es de 513 contratos y la contratación temporal es de 10.242 contratos lo que significa un 95’23% y la indefinida un 4’77%. Respecto diciembre 2016, la indefinida disminuye en 175 contratos (-25’44%) y la temporal aumenta en 580 contratos (6%). Los contratos de diciembre 2017 han sido tanto en los temporales como en los indefinidos, un 80’16% a jornada completa y un 19’84% a tiempo parcial.
A destacar en negativo la subida del paro en la Ribera Alta achacable a la menor contratación de la actividad estacional que supone la recolección y el manipulado de cítricos que en estas fechas suele tirar del empleo de forma temporal pero intensa, sin embargo este año la campaña en los almacenes de naranja se está llevando a cabo con menos trabajadores y menos jornadas de trabajo por la menor producción y el menor consumo en los mercados europeos. A lo que cabe añadir el fuerte abandono del cultivo de las tierras por su baja rentabilidad.
Como balance de este año 2017, Raül Roselló, llega a la conclusión que estas cifras demuestran un mercado de trabajo dinámico y una recuperación económica pero que en el día a día no sienten los trabajadores, que cada vez hay más personas que trabajan para subsistir pero no para mejorar su calidad de vida y de su familia ya que se consolida la inestabilidad laboral y un salario bajo que no garantiza el poder adquisitivo de los mismos. Los beneficios empresariales, que ya han superado la crisis, no están reflejados ni en el empleo ni en las rentas salariales, el trabajador cada vez se siente más pobre. Un salario bajo que pone en peligro el futuro de las pensiones.
En el nuevo contexto económico y político que se presenta para 2018, UGT reclama, en el marco del diálogo social, un verdadero plan de choque para el empleo. La protección social debe garantizarse, reforzando las prestaciones por desempleo junto a políticas activas de empleo, desde el ámbito público. Asimismo, es preciso reponer los derechos de los trabajadores y trabajadoras y derogar en su totalidad la reforma laboral de 2012, que sólo ha conseguido degradar las condiciones laborales.
Para Roselló, es fundamental que crezcan las rentas del trabajo, desde los salarios hasta las pensiones, porque el incremento salarial consolidaría la recuperación económica y el empleo. Así como reorientar las políticas económicas con medidas expansivas, al tiempo que se cambia el enfoque hacia la redistribución de la renta y haya un reparto de la riqueza más equitativo. Además, es necesario apostar por un cambio de modelo productivo basado en una política industrial de estado, así como en otros factores que permiten a una economía crecer a medio y largo plazo, en innovación, formación y conocimiento, y que generen empleos de calidad, reduciendo las desigualdades y la pobreza.
UGT
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