No se puede decir lo mismo de muchos de sus homólogos, ni siquiera de la izquierda alcireña, que no han comulgado con la gran obra maestra de Bastidas
Lo habitual es recurrir a la historia, el patrimonio y los iconos monumentales, cuando no un museo o bucólicos parajes naturales. Elena Bastidas, alcaldesa de Alzira desde hace 11 años, lo tenía claro: daremos un paseo desde l'Alquerieta al Tulell para comprobar el renacimiento social de una ciudad de 46.000 habitantes atravesada por el Júcar, el río del dolor y de la riqueza para los alcireños.
Elena apela continuamente a la valentía mientras caminamos por los pasillos de la casa consistorial. Quizá nos prepara para adentrarnos en l'Alquerieta, un barrio histórico que mantiene un alto nivel de marginalidad, in crescendo según se avanza hacia la cima. En el vehículo municipal, unas luces de emergencia conectadas con la Policía. "Si no eres de la zona, suelen pararte", dice Modesto, el chófer. Los vecinos de l'Alquerieta siguen a lo suyo mientras la alcaldesa explica que es prioritario dinamizar el barrio y dar oportunidades a la gente joven que en él habita. Un proyecto valiente.
Para emprender su 'Alzira Social', Elena Bastidas se convirtió en una especie de Robin Hood que combate los excesos bancarios para dar techo a las familias más azotadas por la crisis. Y eso es lo que comprobamos en las faldas de L'Alquerieta, donde algunos vecinos nos abrieron las puertas de las casas rehabilitadas por el Ayuntamiento, en las que vivirán un mínimo de tres años con un alquiler mensual de 80 euros. Viviendas en ruinas por las que las entidades que las habían embargado no cumplían sus obligaciones con las tasas municipales. "Si ellos son inflexibles con los más débiles, nosotros lo somos con ellos", dice Elena. Un grupo de peones, pintores y carpinteros desempleados contratados por el Ayuntamiento hace habitables estas casas con equipamiento de proveedores del municipio. Eso es valentía.
No se puede decir lo mismo de muchos de sus homólogos, ni siquiera de la izquierda alcireña, que no han comulgado con la gran obra maestra de Bastidas, la lucha contra los desahucios. Al final del año habrá una decena de casas rehabilitadas en L'Alquerieta para familias sin recursos. Muchas no tienen dinero para amueblarlas, pero es cuestión de tiempo, como el final de la crisis. Es sólo el comienzo, el renacer de un barrio histórico no tan alejado del futuro de la ciudad, el naciente Tulell, una antigua partida de naranjos. El autor de este artículo es Iván Pérez. Leerlo completo y ver vídeo en elmundo.es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
La lengua de este pobre Ivan Pérez debe de haber quedado hecha unos zorros después de semejante lametón.
Cualquiera que lea esta noticia aquí o en el otro medio en la que aparece y no conozca la realidad de este pueblo, pensará que tenemos a La Madre Elena de Alzira algo parecido a lo realizado por La Madre Teresa de Calcuta. ¡¡Lo que me faltaba por leer!!
Pero... ¿con qué ojos miraréis que todo os parece mal?
Yo creo que Robin Hood se lo quitaba a lor ricos y se lo daba a los pobres, claro en el antiguo régimen, sin embargo con el nuevo Bastidas se lo quita a todos los alzireños y se lo da a los ricos, Bankia, CAM etc....
El segundo párrafo es alucinante, vendiendo que l'Alquerieta es poco menos que el Bronx y que allí hay que ir con pistola. ¿Y este tal Modesto quién es? ¿El abrepuertas de Bastidas?
A mí hay sitios y personas que me dan más miedo que las de l'Alquerieta. Por ejemplo, cuando no puedo evitar pasar por delante de alguna sede del PP o hablo con algún pepero, instintivamente, me echo la mano al bolsillo para sujetarme la cartera, es como un acto reflejo.
Però quina manera de manipular...obra maestra de BAstidas??? jajajajja ha sigut tot un engany! menys mal que la gent no és tonta aunque elenita s'ho crega!
Hablando de la CAM ¿algún concejal trabaja allí?
Con comentarios como éste y otros muchos, no es de extrañar que el Diario El Mundo esté inmerso en otro expediente de regulación de empleo, con extinsión de contratos incluída. Para ver cuentos, prefiero los de toda la vida
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