Consejo ofrecido por: FISS Ribera 10
La atención a las personas mayores dependientes es proporcionada en su mayor parte por sus familiares, denominados cuidadores informales. Estos se encuentran sometidos a una situación muy demandante que está asociada en muchas ocasiones a consecuencias negativas para su salud mental y física.
Es conocido que la realización de actividades placenteras y/o ejercicio físico es positiva tanto para la salud como para el bienestar. Sin embargo, en el caso de los cuidadores, el desempeño del rol de cuidador principal suele estar asociado a una reducción del tiempo dedicado al ocio y tiempo libre. A pesar de que existen algunos trabajos en los que se han realizado programas dirigidos a aumentar el tiempo dedicado a la realización de actividades placenteras y ejercicio por parte de los cuidadores, son múltiples las barreras existentes para fomentar la participación de los cuidadores en este tipo de programas.
Cuidar a una persona mayor que se encuentra en una situación de dependencia, especialmente si ésta presenta deterioro cognitivo, es una tarea muy demandante, que suele provocar consecuencias físicas, psicológicas, familiares, económicas y sociales negativas para los cuidadores.
El cuidado informal se ha encontrado asociado a una mayor probabilidad de padecer problemas psicológicos como la depresión o el estrés e incluso a un mayor riesgo de muerte
Cuidar es como una carrera profesional que limita en gran medida la vida personal de los cuidadores. Éstos disponen de poco tiempo para sí mismos y,
Consideran, en la mayoría de los casos, que la prioridad es atender a su familiar, olvidándose de sí mismos y de su propio autocuidado, circunstancia que agrava en mayor medida las ya de por sí consecuencias negativas del cuidado.
La premisa de “para cuidar bien de mi familiar he de encontrarme bien”, a pesar de ser evidente, es incumplida en gran medida por la mayoría de los cuidadores.
Los cuidadores tienden a centrarse exclusivamente en la atención a sus familiares, dejando de lado aspectos clave como la participación social y la realización de actividades de ocio y tiempo libre, aspectos significativamente relacionados con la salud y el bienestar.
los cuidadores se implican significativamente menos que las personas no cuidadoras de su misma edad en comportamientos importantes para una adecuada prevención y control de problemas de la salud, tales como un ejercicio físico regular.
Por otra parte, incluso en aquellos casos en los que los cuidadores son conscientes de que necesitan dedicar tiempo para sí mismos para así poder estar en unas condiciones adecuadas para cuidar, suele ser difícil el poder realizar actividades. La media de horas semanales cuidando a un familiar con demencia ronda las 70 horas. Existen recursos destinados a proporcionar al cuidador un “respiro” que le permita dedicar tiempo a otras actividades, sin embargo, estos recursos son muy limitados tanto en frecuencia como en intensidad de ayuda.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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