Se produce al extirpar los ganglios linfáticos del brazo del mismo lado de la intervención
Con frecuencia el cáncer de mama y sus tratamientos pueden alterar el aspecto físico de las mujeres que lo padecen. Estos cambios pueden ser temporales como la caída del cabello, las alteraciones en la piel, en las uñas o los cambios de peso, etc. Algunos afectan únicamente a nivel estético mientras que otros conllevan además una incapacidad funcional como es el linfedema.
El linfedema se produce porque al extirpar los ganglios linfáticos del brazo del mismo lado de la intervención se acumula líquido intersticial provocando un aumento de tamaño del brazo.
Se estima que una de cada cuatro mujeres desarrollará esta complicación y aunque el tiempo de aparición varía entre semanas y años, lo más frecuente es que el 75% de los casos aparezcan durante el primer año tras la cirugía.
El linfedema es un proceso crónico que repercute en las afectadas de manera significativa durante el resto de su vida siendo frecuente encontrar en las mujeres afectadas debilidad, rigidez, durezas, dolor, pérdida de sensación, aumento del peso del brazo y un rango más restringido de movimientos del brazo afectado.
Los cambios en la apariencia física es otra fuente de estrés a la que las pacientes de cáncer de mama deben enfrentarse. Su capacidad para aceptar y adaptarse a estos cambios repercute directamente en su estado emocional, en su calidad de vida y en su funcionamiento personal, familiar, sexual, social y laboral.
Aunque muchas dificultades pueden parecer poco relevantes y se refieren a aspectos como cargar peso, realizar determinadas tareas domésticas otros como el cambio en el atractivo físico, dejar de acudir a la playa o la piscina, dificultades para peinarse, ducharse, vestirse, comer, cambios en el estilo de ropa, etc.
Estos inconvenientes pueden tener un considerable impacto sobre la calidad de vida global de la mujer afectada y, por tanto, han de ser tenidos en cuenta y paliados.
No cabe duda que la apariencia física juega un papel importante en nuestra sociedad siendo considerado por muchos como un instrumento básico para alcanzar el éxito social y laboral. Pero más importante que la apariencia externa es cómo cada persona se siente en relación a su propio cuerpo. La satisfacción con el cuerpo determina tanto el concepto y la imagen que se tiene de sí mismo como la forma de relacionarse con el entorno.
Por ello, es fundamental ofrecer medidas de información y prevención a la mujer diagnosticada de cáncer de mama y, especialmente, si va a recibir una cirugía más agresiva y radioterapia axilar.
Dedicado a AMD.
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