Artículo de opinión de Xavier Cantera
“Debemos quitarnos ‘el hábito de castigo’ impuesto por los inquisidores, explotadores, especuladores, malos políticos y plantarles cara sin miedo”
Una opinión más
Fuera la ‘vesta’ y el ‘capurrullo’ inventados ante la prohibición de la Jerarquía Católica de realizar penitencias o mortificaciones públicas y para mantener el anonimato de los penitentes se diseñó esta vestimenta compuesta de túnica y capirote siguiendo el modelo que se utilizaba en tiempos de la Inquisición, cuando a los castigados por motivos religiosos se les obligaba a usar una prenda de tela que cubría el pecho y la espalada (el sambenito hecho de saco bendecido) y un capirote en señal de penitencia.
Cargar con “el sambenito”, entre nosotros, quiere decir: “cargar con una culpa inmerecida”, tal como nos pasa a la mayoría de nosotros, sufridores de las consecuencias de la estafa económico - política, de sus recortes, de los despidos, de los desahucios y los copagos. ¿Más penitencia debemos soportar aún? Nos tapamos para mantener el anonimato durante la procesión cuando, en realidad, el verdadero ‘hábito de penitente’ hecho a tirones lo llevamos durante todo el año a cara descubierta, lo arrastramos durante todo el ‘viacrucis’ de nuestro día a día. Sólo hace falta mirar a las caras de la gente para descubrir la pesadez de la carga y la amargura de tener que pedir para comer, de estar parado o de ser obligado a expatriarse para desarrollar un trabajo.
En esta Semana Santa aumentarán los penitentes de verdad si sumamos los que desfilan voluntariamente más los espectadores de la procesión cargados de desánimo y, sobre todo, de decepción por no tener dónde recurrir en busca de soluciones, por no ver alternativas ilusionantes ni dónde agarrarse para mantener el tipo delante de los hijos. Debemos quitarnos ‘el hábito de castigo’ impuesto por los inquisidores, explotadores, especuladores, malos políticos y plantarles cara sin miedo a perder el anonimato, con nuestros nombres y apellidos por delante, para denunciar, a pecho descubierto, los ajustes injustos impuestos por aquellos que blindan sus pensiones, se mantienen o se suben los sueldos o se reparten beneficios. Los que nos obligan a tan tremendo calvario no se disfrazarán de penitentes, bien porque creen que no deben hacer penitencia por sus corrupciones y decisiones injustas o bien porque si lo hicieran les denunciarían los cuernos de su diabólica y farisea conducta.
Podemos mantener la ‘vesta’ y el ‘capurrullo’ para sorprender a nuestros familiares, amigos y vecinos, desde nuestro breve anonimato, cuando les regalemos caramelos y peladillas para endulzar un poco sus días, como práctica del criterio evangélico de “no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha” cuando hacemos el bien y para hacer más entretenida la procesión del Viermes Santo de Alzira. Deseo a todos solidarias fiestas de Resurrección para que no le falte a nadie, por lo menos, ‘la mona, la llonganissa i l’enciam’, menú de la Pascua valenciana.
Nota del autor: He utilizado un lenguaje figurado. No se lo tome nadie al pie de la letra.
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