Se mantiene la prohibición de consumir alimentos en las salas de la Comunitat Valenciana
En marzo del año pasado las salas de cine de buena parte del mundo echaron la persiana. En España la situación no fue diferente, y los cines de todo el país tuvieron que poner en pausa su actividad durante meses. En Valencia, la actividad de las salas se retomó a principios del mes de junio, aunque, al igual que en el resto del territorio nacional, lo hizo con fuertes controles de aforo.
No han sido los únicos, los casinos, los centros comerciales o los salones de juego también han tenido que permanecer más tiempo cerrados que abiertos. Con todo, algunos de estos sectores han sabido reinventarse y ofrecer sus servicios de manera virtual, siendo los casinos uno de los negocios que mejor se han sabido adaptar a este nuevo escenario gracias a su amplia trayectoria en el entorno virtual de la mano de diferentes plataformas especializadas en el juego online. Precisamente el triunfo de lo virtual es uno de los mayores enemigos de las salas de cine físicas.
El boom de las plataformas de vídeo bajo demanda ha provocado un importante descenso en el número de espectadores, lo que, unido a las restricciones y a la falta de estrenos con empuje comercial, ha terminado por dejar en la ruina a muchas de las empresas del sector. De hecho, los distribuidores que dominan el mercado están apostando fuertemente por vender sus títulos más importantes a estas plataformas y hasta Disney ha anunciado una estrategia de estreno simultáneo en su operador online, Disney+, y en salas.
Con estas cartas sobre la mesa, la única salida viable de los cines es fomentar su actividad como una experiencia que va más allá de la visualización de una determinada película, cargada de emoción y magia. Y en esta experiencia, sin duda, no pueden faltar las palomitas, los refrescos y las chucherías. Hasta ahora.
La sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana acaba de rechazar la medida cautelar presentada por la Federación de Cines de España que solicitaba el permiso de consumo de cualquier tipo de alimento y bebida en el interior de las salas de la comunidad. En este sentido, los magistrados han denegado la petición alegando que este tipo de actividad implica un elevado riesgo sanitario a día de hoy, especialmente tras los datos de las últimas semanas. Asimismo, el TSJC ha señalado las diferencias entre estos establecimientos y los destinados a la hostelería, cuestiones recogidas en la petición de la Federación de Cines de España, alegando que los segundos cuentan con un aforo menor en su interior que el permitido en las salas de cine y que, además, presentan sistemas sanitarios y de ventilación de los que carecen los cines físicos.
Para las salas valencianas, la prolongación de esta medida en el tiempo supone un duro mazazo, especialmente en el campo económico. En la medida cautelar, la Federación de Cines de España comunicaba la delicada situación en la que se encontraban las salas de todo el país, señalando que la prohibición de consumir alimentos dentro de estos establecimientos comprometía, todavía más, su viabilidad. En este sentido, se estima que las pérdidas en el sector podrían superar los 1.200 millones de euros, con un descenso global de los ingresos en torno al 99%. Unas cifras realmente desoladoras que ponen en peligro el puesto de trabajo de casi 13.000 personas.
Por el momento, no se espera que la prohibición se pueda levantar en los próximos meses, ya que esta se encuentra supeditada a la evolución de la situación en la Comunitat. Ante este escenario, las grandes compañías de cine no descartan volver a cerrar sus salas para poner freno a las pérdidas, una situación que ya se vivió en los primeros meses de 2021 cuando Yelmo Cines decidió cerrar sus salas en Valencia ante la falta de espectadores.
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