Si es usted afectado, demandar a estas entidades por el dinero perdido a causa de su administración fraudulenta es el camino
Tras el estudio de multitud de casos, tanto de afectados por la compra de acciones de Bankia en su salida a bolsa, como de afectados que adquirieron cuotas participativas de la CAM, desde Sanchis & Peris consultoría hemos podido comprobar que existen muchas similitudes en la debacle de ambas entidades.
La salida a bolsa de Bankia se realizó en base a una información errónea con el propósito de conseguir financiación para evitar su caída y no para financiar un crecimiento de proyectos futuros rentables para el banco y sus accionistas. Es por ello que ningún inversor hubiera suscrito acciones de haber sabido antes la grave crisis que estaba sufriendo dicha entidad bancaria.
Más tarde, Bankia entró en situación de quiebra de facto con el rescate y el valor de las acciones se derrumbó completamente para no recuperarse nunca.
Por otro lado, las cuotas participativas de la CAM constituían el primer producto bursátil emitido por una caja de ahorros en España a razón de 5,84 euros por título; unas acciones peculiares que quedaron suspendidas de cotización en bolsa el 8 de diciembre de 2011 cuando su valor era de 1,34 euros; 50.000 clientes vieron entonces cómo su dinero quedaba atrapado siendo la entidad intervenida y posteriormente vendida. Tiempo después, la gestora de la obra social de la fundación CAM decidía amortizar las cuotas participativas de la antigua caja, provocando que los inversores perdieran todo su dinero.
Las características de las cuotas participativas de la CAM, como sucede con otros productos de riesgo comercializados por las entidades bancarias, pasan por su complejidad; se trata de un producto complejo que conlleva elevados riesgos para el cliente, un producto inadecuado para perfiles conservadores, y es algo que incumplió la caja de ahorros del mediterráneo que sólo buscó, en junio 2008, mejorar su solvencia. y lo hizo a costa de sus clientes, que ya están recuperando en los juzgados el total de sus inversiones.
No obstante, siete años después de la comercialización de este producto, sigue afectando a 35.000 clientes, que ven atrapado su dinero.
Así pues, las características de las cuotas participativas de la CAM tienen ciertas similitudes con las acciones, en lo relativo a que su valor corresponde a un porcentaje del patrimonio de la caja, se pueden comprar y vender en mercados cotizados y dan derecho al dividendo que la caja acuerde repartir cada año. Sin embargo, éstas revisten una mayor complejidad y se diferencian de las acciones ordinarias en que no dan el derecho de voto que normalmente dan las acciones, asimilándose a otros productos complejos como las participaciones preferentes y la deuda subordinada.
El patrón de venta se repite con éstas, al ser insuficiente la información que se dio a los clientes al respecto del producto.
Las crisis de Banco Financiero de Ahorros - Bankia y CAM tienen otras similitudes entre sí, como unos consejos de administración que no se enteraron de nada -el de BFA debería haber dimitido con Rato sin esperar la intervención, puesto que todos firmaron las cuentas-, la intención del consejo de Bankia de repartir dividendo mientras se iba a pique o el engaño a miles de pequeños ahorradores con permiso del Banco de España.
Cabe preguntarse si cuando Bankia salió a bolsa ofreció una imagen real de su solidez y sus previsiones, imagen que no se creyeron muchos inversores institucionales. Cabe preguntarse si para entonces ya sabía que BFA no podría devolver el préstamo del FROB, como más de uno había advertido. Cabe preguntarse si cuando Bankia obligó a sus empleados a perseguir a los clientes para que se hicieran bankeros -ancianos que querían invertir en algo seguro, empresarios que necesitaban un préstamo, etc.- sabía que se la estaba jugando con dinero ajeno. Por último, cabe preguntarse si el Gobierno miró para otro lado cuando dejó que esos miles de clientes pusieran dinero mientras cualquier experto en la materia desaconsejaba esa inversión.
Por eso, consideramos que se puede recuperar el dinero invertido en Bankia por los daños y perjuicios ocasionados a cada accionista como consecuencia de la información defectuosa contenida en el folleto informativo, el falseamiento de las cuentas y la sobrevaloración de Bankia en su salida a bolsa.
En lo que respecta a la CAM, en torno a 15.000 afectados recuperaron su dinero invertido a través de los depósitos ofertados por el Banco Sabadell y la única solución viable para el resto está en los juzgados. Demandar a la entidad por el dinero perdido a causa de su administración fraudulenta es el camino si es usted afectado por la emisión de cuotas participativas de la CAM.
Si es usted un afectado por la compra de acciones de Bankia o de cuotas participativas de la CAM, en Sanchis & Peris consultoría podemos ayudarle a recuperar su dinero. Llame a 962.012.265 e infórmese, le atenderemos sin compromiso.
Cristóbal Signes Castillo
Economista
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