Por: Rosa María de Dios
“Al humilde José Carpintero, que a Jesucristo con su oficio le dio de comer, le dejan solo y sin respeto”
Cuando viene la fiesta de San José, patrón de los carpinteros, se celebra la fiesta del arte fallero. Cohetes, músicas y pasacalles llenan las calles de los valencianos y los monumentos son plantados con arte. El día 19, festividad de San José, le ofrecen los carpinteros una misa a la que los falleros no asisten porque no les viene bien.
Un solo sacerdote está celebrando la eucaristía y con frialdad, a la puerta de la iglesia, le despide una vez más, sin acompañarle en procesión porque es el bastardo del padre adoptivo del Hijo de Dios. No comprendo esta actitud. A un líder, artista de la canción, de juegos o de monumentos, como el último al tambor, van y le dan una bendición. A María, la madre del hijo de Dios, al ser la patrona se llena de sacerdotes y obispos la parroquia y al humilde José Carpintero, que a Jesucristo con su oficio le dio de comer, le dejan solo y sin respeto. El Sol lo creó Dios para todos, sin ninguna excepción, porque justos y pecadores se benefician de su resplandor.
¡Valencianos, falleros, ministros que predicáis la palabra del Señor, dad ejemplo con vuestra existencia que ello alegrara a Dios!
Vuestra hermana que desea la verdad y no el error os dice estas cortas palabras con amor a Dios.
Sin lugar a dudas…
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