Por: Rosa María de Dios
“¿Qué hubiera ganado el marido en golpear a su mujer o a su amante? Hacerse daño así mismo por el placer de dar golpes, por rabia y hacérselo a los que han cometido el error”
Hermanos, la pasión es placer y la compasión es amor. ¡Qué difícil es alcanzar el amor! El nos llevaría a tener a nuestros hermanos compasión. En la pasión se llega a la avaricia, pero en la compasión llegamos a enseñarnos a compartir.
En mi opinión, porque he luchado por ello, he llegado a la conclusión que la pasión te mantiene atado al suelo, al barro y en la compasión te conviertes en un ave que vuela bien alto. Es una transformación de tus energías, la pasión es una maldición y la compasión una bendición.
Mi pensamiento hacia la compasión es aceptar los fallos y las debilidades de los demás y no tenemos que esperar que se comporten como si fuesen dioses porque sólo son hombres. Tenemos que darnos cuenta, hermanos, que todos cometemos fallos. Deberíamos ser compasivos con los árboles, con todos los animales, con todos los seres humanos y con todo el mundo sin pedir nada a cambio. No traicionemos nunca a la Tierra.
Porque ella es nuestra madre. Amándola y respetándola con la máxima compasión. Voy a poneros un ejemplo: un hombre llega a casa una hora antes de lo acostumbrado y se encuentra a su mujer desnuda en la cama. El marido le dice: “¿qué haces desnuda en la cama? Ella contesta: “Estoy protestando porque no tengo ropa bonita para ponerme”. El marido abre el armario y dice: “Mira si tienes vestidos: uno amarillo, otro azul, otro rojo…” y exclama “¡Hola Paco!” Y siguió diciendo “… y uno verde”. Hermanos, ¡eso es compasión! Compasión hacia su esposa y compasión hacia su amigo Paco. No hay celos, no hay peleas, ni siquiera le pregunto qué hacía en su armario porque la compasión es muy comprensiva, ¡qué difícil es llegar a esto! ¿Verdad? Romper una flor en el jardín es fácil, acariciarla y amarla y respetarla es de tontos para muchos. ¿Qué hubiera ganado el marido en golpear a su mujer o a su amante? Hacerse daño así mismo por el placer de dar golpes, por rabia y hacérselo a los que han cometido el error.
Dijo Jesús a una adultera: “Ve y no peques más” y tuvo compasión de ella. Como he dicho antes que la compasión se dirige hacia arriba, la pasión se mueve a través del deseo, la ausencia de los deseos como el ejemplo del marido que pilló a su amigo en su armario te lleva a beneficios, controlarse y librarse de esos deseos que muchas de las veces son dañinos. Tiene más merito en un combate de boxeo no el que golpea sino el que sabe recibir los golpes esquivándolos. Ese es el campeón.
Mi propia experiencia es la de haber tenido la rabia, los celos, la envidia y enfados por no llegar a la comprensión de los errores de los humanos. Hoy he cambiado mis energías dañinas por buenas al comprender que se llega por el camino de la aceptación sin celos y sin odios. Él me ha llevado a una meta en mi vida llena de paz y relajación.
Cambiemos nuestras energías placenteras por la compasión. Seréis hombres libres de sentir odio y rencor en vuestro corazón. Sólo habitará en él el amor. Vuestra hermana en Cristo.
Rosa María de Dios
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Conudos del mundo compadeceos de vuestra mujer y del amante de ella.
La santa inquisición esta al caer, preparados todos los pescadores del diablo, la hoguera os espera..
Vean y mediten es una gran enseñanza de nuestros hermanos budistas.
http://www.webislam.com/videos/58698-la_ciencia_de_la_compasion.html
Rosa María de Dios
Añadir un comentario