Ante uno de los grandes de la categoría el equipo local no tenía nada que perder
A priori, el partido de este pasado sábado era una papeleta harto complicada para el Alzira. La Vila es uno de los grandes de la categoría, pero los alzireños no tenían nada que perder y saltaron al terreno de juego a competir dignamente, disfrutar del juego y del rival y, al mismo tiempo, tratar de que la derrota no fuera excesiva.
Dicho lo anterior, parece que se consiguieron los objetivos, pero lo cierto es que al finalizar el encuentro los locales se quedaron con el regusto de que pudieron hacer más. La Vila no era, al menos esta tarde, tan fiero como lo pintaban y de haber tenido un poco más de convicción y, por qué no decirlo, un poco más de suerte -el árbitro invalidó un ensayo de “melé” a los locales que éstos reclamaron como legal-, el resultado habría podido ser otro.
Cada equipo jugó con sus armas, La Vila, con una línea de tres cuartos muy rápida y de gran calidad técnica, y el Alzira, con su delantera pesada, hecha para el juego en espacios reducidos.
Los visitantes se adelantaron muy pronto ensayando y transformando en el minuto siete, consecuencia de un despiste defensivo de los locales (0-7), lo que hacía temer que se iban a cumplir los presagios; pero sólo tres minutos después, la iniciativa del capitán alzireño, Dani Vento, al sacar rápidamente un “golpe” jugando a la mano propició el ensayo de José Vicent “Xulet”, que con la transformación de Daniel Grindrod, igualaba (7-7) el marcador. Con el empate, el Alzira recuperó el control del juego y a la media hora lograba adelantarse en el marcador mediante un ensayo de “penaltouche”. El “pilar” David Ferrer fue esta vez el autor del ensayo, gracias al balón capturado en la “touche” por Ximo Fraile, inconmensurable en su labor. La Vila reaccionó y en una aceleración de sus “tres cuartos” que combinaron magnífica y rápidamente pusieron de nuevo las tablas en el marcador (12-12), resultado con el que se llegó al descanso. Tras el intermedio sale dominando La Vila dispuesto a resolver y a los cinco minutos en una penetración por banda logaba su tercer ensayo sin transformar, que echaba por tierra las correcciones del “mister” local en el descanso (12-17). Ya no se movería el marcador hasta el minuto setenta en el que el pateador neozelandés del Alzira, Daniel Grindrod, lograba transformar un “golpe de castigo” (15-17), con dos puntos por debajo del marcador el Alzira recupera el dominio. El empuje de la delantera alzireña hace que se juegue cerca de la línea de marca visitante donde se producen varias “melés” consecutivas con introducción favorable para el Alzira; a la salida de una de ellas y con el empuje que le caracteriza, José Vicent “Xulet” conseguía el tercer ensayo para el Alzira, pero el colegiado interpretó que no era válido, según su interpretación del reglamento, ante el desacuerdo de los jugadores alzireños. Hubiera supuesto ponerse por delante en el marcador a pocos minutos del final; en cambio fue La Vila quien sentenció en la siguiente jugada en un rápido contraataque (15-22).
Al menos se consiguió el punto de “bonus” defensivo que no alivia la frustración de lo que pudo haber sido y no fue.
Con este partido se llega al ecuador de la competición. En el siguiente enfrentamiento se inicia la segunda vuelta recibiendo al Denia RC, rival directo a quien se debe ganar sí o sí para superarle en la tabla.
Formación inicial: David Ferrer, Jordi, Manolo, Ismael, David González, Darío Ferrer, José Vicent “Xulet”, Ximo Fraile, Iñaki, Dani Vento (Cap.), David Pérez, Fran, Nacho, Rubén y Daniel Grindrod.
También jugaron José Mª Carrasquer, William Vilella, Pau Gea, Javier Vicent, Camarena, Javier Gómez y Bernat Oliver.
Ernesto Sarrión
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