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Foto: Alfonso Rovira
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El Ateneo Mercantil en Alzira, la otra casa del puebloRemembranza de Alfonso Rovira
Cumpliendo el deseo del usuario señor Pere Peres, he aquí la “segunda parte de su petición”, que supongo será de interés para otros lectores.
Uno de los edificios que más instituciones han albergado y cantidad de servicios ha prestado es el que fue Ateneo Mercantil e Industrial, donde hoy se alberga, en la planta baja, el Club de Jubilados “El Júcar”.
Fue el centro patronal por excelencia, donde se reunía la clase comercial e industrial, así como los exportadores de naranja. La razón de su existencia fue la defensa y coordinación de los intereses patronales. Estaba situado en el centro del barrio comercial, en la calle de la Lonja, hoy Faustino Blasco, que era la entrada principal, ya que la otra cara del edificio daba el río, hoy Avenida de los Santos Patronos. La fecha de su creación data del año 1910 y nace como una sociedad privada y exclusiva, sólo para socios poseedores de sus acciones.
El Ateneo, comienza a caminar con 400 socios que le respaldaban, siendo una de las entidades más numerosas de la ciudad. Aglutinaba sociedades patronales del pequeño comercio urbano: el Gremio de Maestros Horneros, Agrupación Mercantil de Detallistas, del ramo de textil y ultramarinos; sociedades que forman la clase comercial exportadora; la Federación Comercial Naranjera, con 25 socios y el Sindicato de Exportación de Frutas, con 40 socios. Todos participaban en la dirección del centro. La Junta Directiva estaba formada por exportadores como Ramón Flor Ortells; industriales como Enrique Oria Pelayo o de horneros como Francisco Ramón. También, como la entidad anterior, cada sociedad tenía vida propia y el Ateneo actuaba de coordinador de las necesidades patronales. Buen ejemplo de ello fue la constitución de una mutua contra accidentes de trabajo en la industria en 1933, por iniciativa de la junta directiva. Cabe destacar por encima de todo que fue un asociacionismo espontaneo surgido al calor de la necesidad patronal para defender sus intereses de los que estaban regidos —así se desprende de la configuración de la Junta Directiva y del funcionamiento de la mutua de seguros—, por criterios democráticos y del equilibrio de los sectores que la aglutinaba, al menos en el ámbito de funcionamiento interno.
Las sociedades de exportadores fueron las más activas; asistieron a exposiciones de naranja en Madrid y Barcelona en el año 1931 y, después de arduas negociaciones, consiguieron la ampliación de vías muertas en la estación de ferrocarril de Alzira, destinadas a la carga de vagones para naranja; también, a lo largo de aquel año presionaron para que comenzara a funcionar la Estación Naranjera que se ubicó en los tres cuerpos de edificio en l’Alquerieta, que antaño sirvió para la cría de gusanos de seda denominándose “La Sericícola”, comenzando a funcionar la Sub Estación Naranjera en el mes de agosto del 1932.
Las relaciones entre la Federación Republicana (Autonomista) y el Ateneo eran muy estrechas y, por lo tanto, se puede afirmar que los sectores sociales que formaban el Ateneo constituían la base social de la Federación, donde prácticamente existía una identificación entre Ateneo y Federación. En 1932, cuando comienzan las obras para la construcción de un nuevo edificio, el Ateneo pasa a ocupar un piso en el local de la Federación, siendo presidente del Ateneo Enrique Oria Pelayo, alcalde del partido blasquista, entre el mes de octubre de 1934 hasta el mismo mes del año siguiente.
Los blasquistas conservaban cierta ascendencia entre las capas populares; de hecho, la Sociedad de Empleados de Despacho y Oficinas se reunieron para constituirse en el Ateneo. Se había consolidado el sindicalismo de clase, la potente Casa del Pueblo de Alzira la confirma. Centraban la atención en la captación de otros sectores. A partir de entonces comenzaron un viraje hacia la derecha y así aparecieron como máximos valedores de los pequeños intereses; es decir, de los de la menestralía urbana. Reactivaron la defensa del regionalismo agrario, lo que fue reafirmado con la tradicional ascendencia sobre la burguesía exportadora y atrajo a la propietaria, articulada alrededor de la Cámara de la Propiedad Naranjera y la Comunidad de Labradores de Alzira. Apareció en 1932 en el panorama político la DRA —Derecha Regional Agraria—; la competencia para ganarse la confianza de aquellos sectores era muy fuerte. El republicanismo blasquista, con el Ateneo como máximo soporte social, se convirtió durante los años treinta en la segunda fuerza política social.
Al finalizar la Guerra Civil tomó posesión de los locales la Jefatura de Falange Española y de las JONS, instalándose en la planta baja; en el primer piso y segundo fueron para la Sección Femenina de Falange. El Ayuntamiento, que era propietario de la parte recayente al río, construyó una gran terraza. En el ala del edificio que da a la calle Faustino Blasco fueron instaladas las oficinas de la CNS, de la cual fue delegado el oftalmólogo Eduardo Mejías Penadés y la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos que la componían el Sindicato Vertical de Frutos y Productos Hortícolas que presidió Ramón Flor; la Mutua de Seguros Júcar y la Junta Local de Riego. La segunda planta fue habilitada para escuelas nacionales, donde impartieron su magisterio recordados maestros como José Martínez de Castro, Eleuterio Grau Gurrea, Julia Mateo Menéndez y mi padre, Ismael Rovira Doménech.
Otras asociaciones han ocupado sus dependencias: Amas de Casa, Sociedad Musical, Junta Local Fallera, Asamblea Local de Cruz Roja, Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa y, finalmente, el Cuerpo Nacional de Policía.
En la legislatura del alcalde José Pellicer Magraner se realizaron importantes reformas en tan emblemático edificio, cambiando el nombre de “Hogar del Camarada” por el de “La Parrilla”, de cuyo restaurante ubicado en la planta baja y sótano se haría cargo el conocido industrial José Torrent.
El Ayuntamiento ha acondicionó la planta baja para la Asociación de Jubilados “El Júcar”. La terraza fue aprovechada para ampliar el local. El sótano, cuyo proyecto era recuperarlo para que los jubilados escenificaran obras de teatro, está por realizar.
Los propietarios del antiguo Ateneo Mercantil e Industrial, con las acciones que les dejaron sus antepasados, continúan reivindicando la propiedad, con pocas posibilidades de recuperar el histórico edificio que fue tomado en el año 1939.
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Cultura : Historia, Patrimonio, Costumbrismo y Pasado,
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Rovira te añadire, ademas de mis felicitaciones, que ahí Fluixa hizo algunas fallas, como la primera que se plantó en el pont de Xativa
Gràcies de bell nou, Sr Rovira.
Un dels pocs edifícis civils amb cent anys d'antiguetat que ens queden. Un servidor ha passat moltes vesprades d'agost fugint de la calima davall l'ombra dels seus plàtans amb un aigua llimó a la mà i sentit la xiularisa dels estornells abans de que es cobrira la terrasa, (maleït invent el de l'aire condicionat!) . M'aborrone també en recordar les cues que molts alzirenys ferem a les seues portes per recollir queviures en la pantanada de 1982.
Per a alguns açò és història, per a nosaltres un tros de la nostra vida.
Un abraç.
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