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Gestión con otra ideologíaArtículo de opinión de Xavier Cantera
"Todos tenemos ideología, pero ¿la usamos para bien de todos?"
Una opinión más
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Creo que la mayoría coincide en afirmar que el cambio de gestión privada a pública en los servicios públicos y sobre todo, en la sanidad y en la educación, responde siempre a una opción ideológica.
Por otra parte, creo que nadie puede afirmar, con toda seguridad, que una gestión sea mejor, técnicamente, que la otra, ya que hay estudios y experiencias en diferentes países que, tanto los partidarios de la privada como de la pública, esgrimen; además de faltar, según los expertos del tema, estudios serios comparativos entre ambos estilos de gestión porque cada opción, además de esconder los datos, paga a expertos para que publiquen artículos que defiendan sus bondades, e invierten mucho dinero y esfuerzo en convencer a la ciudadanía de las ventajas de cada sistema, siendo que a la gente le interesa, sobre todo, la calidad del servicio, el trato humano y la racionalidad de su coste convertida en impuestos y, parece ser, que estas aspiraciones se pueden conseguir en ambos sistemas, bien gestionados. Y ya no es verdad que sólo gestiona bien la derecha como se ha demostrado en esta Autonomía. Parece ser que si se cambia la gestión del Hospital es por "una opción ideológica", que no es poca ni mala razón.
Mi intención, en estas reflexiones, es ayudar a superar la interpretación negativa de "ideología" como si fuera una desviación malsana y viciada de la política, entendida como gestión de lo público, sino que, por el contrario, se puede llegar a aceptar la "razón ideológica" como algo normal en un sistema democrático, plural y más, cuando todos defendemos un "sistema de salud público, de calidad, universal y gratuito", como es nuestro caso. Ideología, dice el diccionario, es el "conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de un movimiento o tendencia política". Igual que se aceptó con normalidad democrática, con protestas de la izquierda, la elección de la "gestión privada" cuando gobernó el PP, ahora se debe aceptar la "conversión a gestión pública", con las protestas que se quieran, cuando gobierna un tripartito progresista, "manteniendo, eso sí, los principios rectores de universalidad, solidaridad y equidad, complementados con los de "transparencia, rendición de cuentas a la ciudadanía, la participación de los agentes sociales y las buenas prácticas a todos los niveles, basadas en la eficiencia y en la calidad", como anota la Asociación de Economía de la Salud. Así como la opción neoliberal de privatización de lo público no se sustenta en razones de gestión o de eficacia o económicas, sino en puramente ideológicas, también la opción progresista debe enseñar sus cartas ideológicas para que la ciudadanía las valore, junto con la eficacia, la calidad del servicio, el respeto a los derechos laborales y sindicales.
El Tripartito está a favor de los derechos sociales y los servicios públicos y, por tanto, de que haya impuestos suficientes para poder mantenerlos, aunque debería pagar más impuestos el que más tiene. El neoliberalismo dice: El que quiera derechos y servicios sociales, que se los pague y remata la idea con una frase muy repetida por la derecha española «Donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los ciudadanos", pero recurren a la sanidad pública cuando están en apuros. ¿Y las personas que no tienen nada ni lo suficiente para una vida digna en sus bolsillos? Todos tenemos ideología, pero ¿la usamos para bien de todos? Por una economía para la persona y para el bien común.
El Seis Doble no corrige los escritos que recibe. La reproducción de este texto es literal; fiel a las palabras, redacción, ortografía y sentido del autor/es.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
A pesar de lo enrevesado del artículo, y sus lugares comunes de siempre, una cosa queda muy clara.
Si se cambia la gestión del Hospital de la Ribera, no es para mejorar la calidad asistencial de los ciudadanos,, ni para mejorar las prestaciones, ni para reducir listas de espera. Aspectos en los que el Hospital de Alzira supera de largo a sus vecinos de Xativa y Gandía.
Ni tampoco por motivos de eficiencia económica.
Es por ideología. Y de la más rancia. Y seguro que también por el motivo que exponía el alto cargo de Sanidad ahora dimitido, colocar a sus afines.
Y los usuarios que se fastidien.
Gracias, Xavier, por dejarlo tan claro
. La Dirección General de Alta Inspección Sanitaria de la Generalitat ha detectado sobrecostes en facturas de hasta 2,6 millones de euros en la atención de ciudadanos en el servicio de urgencias del hospital de La Ribera, en Alzira, que no pertenecen a este departamento de salud.
Según han informado fuentes de la Conselleria de Sanidad a EFE, el departamento de inspección que dirige María Luisa Roselló, dentro de sus auditorías, ha revisado la facturación y se han detectado irregularidades como "facturas hinchadas" y "doble facturación".
Xavier, lee la respuesta de la dirección del Hospital a esta información. En ESD de hoy. Parece que ahora que está cercana la reversión se trata de echar porquería sobre sus dirigentes. No obstante, si alguien ha hecho algo irregular, que lo pague con todas las de la ley.
Pero ello no resta razón a mi comentario
Xavier, el verdadero problema se nos presenta cuando se confunden ideologías con intereses, o cuando se usa la ideología de forma cambiante. Sin ir más lejos, la Consellería de Sanitat ha subcontratado con empresas privadas los servicios de radiodiagnosis por decenas de millones de euros, y todos habeís callado. ¿Ideología o intereses?.
Ya que estamos aquí, ¿Qué opinas de hacer un referendum entre los ciudadanos de la Ribera para que decidamos que tipo de gestión sanitaria queremos para nuestra salud?.
Vamos, responde, no te escondas.
saludos.
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