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Ganarse el pan con el sudor de la frenteArtículo de opinión de Isabel Sifre
¿Habremos errado la carrera los que, como tontos, nos hemos ganado el pan levantándonos a las seis de la mañana para fichar y trabajar?
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Hay una luz de azahares
Isabel Sifre Puig
Ganarse el pan con el sudor de la frente. Vieja es la frase. Dicen que se remonta al tiempo de nuestros primeros padres. Ocurre, sin embargo, que algunos no se han parado a descifrar su significado y por eso, o quizá por lo contrario, esa gente no ha visto necesario llevarla al terreno de la práctica, porque la verdad es que, habiendo otros medios (pensarán los interfectos) resulta cosa de tontos el regirse por los parámetros que dibujan semejantes palabrejas.
¿Qué, por qué lo digo? Muy sencillo. Yo no sé si habéis reparado en ello, pero existe una muchedumbre (sí, ya son muchedumbre) que vive del cuento, por no decir que vive de lo ajeno. Pero eso es latrocinio -me diréis-. Efectivamente. En unos casos se tratará de un robo a manos llenas. Un flagrante delito. En otros casos, nadie lo tipificaría como tal; si acaso como un aprovecharse de las circunstancias unidas a cierto tipo de vaguería compulsiva y, en otros, se podría añadir el calificativo de cara dura.
Haberlos “haylos”. No hay más que pararse un poco y observar a nuestro alrededor o mirar hacia lugares menos próximos, pero no por ello menos ciertos. Cada cual verá hacia dónde ha de mirar.
Podría, si así lo desean, echar un cabo a los dubitativos y señalar a esos señores (englobo masculino y femenino porque así lo requiere el género de las palabras) que a la par que ejercen su función política y como quien no quiere la cosa, ponen el cazo de una u otra manera, y aquí sí que creo que no es necesario explicar qué es y cómo lo hacen, porque ya hay demasiados casos en el candelero (con penas de cárcel y todo, pero sin el deber de devolver el money), y muchos más habría si no fuera por la solapada amenaza de “si tú hablas, tiro yo de la manta”.
Algunos de estos personajes, todavía dan un poco el callo, lo mínimo, pero lo dan; aunque se duerman en las sesiones del Congreso o del Senado. Otros, ni siquiera van y algunos hacen como que hacen pero lo cierto es que se pasan el mandato delegando, menos cuando se trata de recoger dádivas.
De estos ladronzuelos de guante blanco todavía se puede decir que, de pobre manera, se ganan el pan de cara a la galería, puesto que se han de levantar de la cama, ducharse y acicalarse para acudir limpios a sus respectivas sedes, más que nada por si alguien de más arriba les requiere para cualquier cuestión que no se refiera a problemas del ciudadano. Hay demasiadas manos esperando para pasarse el paquete de "historias y problemáticas del ciudadano de a pie".
Pero, ¿qué me dicen ustedes de ciertos casos que nadie tipifica como tomadores de lo ajeno? Pongamos algunos ejemplos y podrán dedicarse a buscar el resto.
¿Qué me dicen de esos estudiantes que, como papá puede, se dedican a vivir de fiesta en fiesta y acuden a la facultad correspondiente con enormes ojeras no tanto por las horas de estudio consumidas en la noche sino por las juerguecillas y las hierbas quemadas hasta la madrugada? Cierto que no son todos igual, claro que no. Estaríamos listos. Pero de ese estilo, haberlos “haylos” también. Algunos no llegan a ganarse el pan hasta los cuarenta, si es que empiezan, y mientras tanto puede que le echen el ojo a alguien cuyo padre tenga todavía mejores negocios que el suyo. No me digan que exagero porque yo los he visto. Y les funciona, miren ustedes por donde. Estos personajes, algunos de ahora y otros de mi época, viven cual chupópteros, pero todo queda en familia. Mientras se pueda, ¿verdad?
Y es que para algunos de este estilo, suena a estupidez eso de ganarse la vida con el sudor de la frente. La frase se inventó para la gente del campo, seguramente.
Pero, ¿cómo calificar a esos mayorcitos que de jóvenes vivieron de sus padres, luego abandonaron la soltería buscando subsistir tan ricamente sin dar golpe, gracias a los negocios de sus suegros, sus cónyuges, sus cuñados o cualquier ente chupable o masticable? Pues también haberlos “haylos” que viven, repito, primero de sus padres, luego de quienes los consienten y casi, en la vejez, se entretienen contando y apilando herencias que quedaron libres de aranceles. Lo cierto es que ellos nunca dieron golpe y ¡morirán sin darlo!
Llegados a este punto me pregunto: ¿habremos errado la carrera los que, como tontos, nos hemos ganado el pan levantándonos a las seis de la mañana para fichar y trabajar? No sé. Tengo mis dudas.
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Torrente lo tenia muy claro no hay nada como un buen pelotazo,tambien existe le posivilidad de arrimarte al partido que este en el poder
Eso de trabjar y levantarse a las 6 pera fichar, es una perdida de tiempo.Asi nos va,lo nalo no es como nos va , sino como nos va a ir de aqui en adelante.
Nuchisimas familias empeñadas para 20 o 30 años,con lo que eso conlleva pera el consumo,autonomos cerrando puertas, empresas que se marchan a producir a paises emergentes,(nadamas tienes que analizar como vas vestido, no hay nada de producto nacional).
El silencio sindical(que silencio) viendo comomuchas empresas remuevan sus plantillas con otros trabajadores a mitad de precio pasandose los convenios por hay
Ayuntamientos que no pagan, La Comunidad Valenciana la segunda más endeudada de España.En fin todo un panorama ,y mientras tanto los de siempre sin entetrarse de lo que ocurre en la calle, ¿para que se presentan a las elecciones?
Tambien tengo mis dudas,
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