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Se están produciendo actos vandálicos que causan destrozos en las instalaciones del campo de Tulell en Alzira“Algo empieza a fallar en nuestra sociedad que tal vez requiera de una red más grande y de una educación más completa que proteja sus mejores valores”
Un grupito de desalmados ha forzado, en dos ocasiones en apenas una semana, los vestuarios de la Ciudad Deportiva Jorge Martínez Aspar y causado daños en sus instalaciones futbolísticas. Su único objetivo fue provocar destrozos en las instalaciones municipales y, de paso, fastidiar a los jugadores de la escuela de fútbol Ciutat d’Alzira.
Otra cosa no se entiende, porque robaron la red de una portería, rompieron varios asientos de los banquillos y desparramaron por los suelos equipajes, sudaderas y chándals sin estrenar; algunos de ellos fueron hallados en una rotonda próxima a las instalaciones. Por cierto, una sudadera debió molestarles más de la cuenta ya que la quemaron.
Estos actos, junto a las recientes pintadas de carácter racista y pro-nazi en las proximidades de los colegios, deben invitarnos a la reflexión, por un lado, y a tomar iniciativas, sobre todo de carácter educativo, por otro.
A los autores les pregunto por los motivos de su acción que perjudica, principalmente, a una escuela deportiva modesta, que al mismo tiempo que imparte docencia futbolística y que pretende insuflar, en los jóvenes de nuestra ciudad, otros valores como el compañerismo, la solidaridad, el respeto a los demás y el fair play. En nuestros equipos conviven, sin problemas, deportistas de diversos países, razas, género y condición.
Y, al mismo tiempo, invitarles a que reflexionen, recapaciten e, incluso, a que destinen sus mejores energías a la práctica de alguna modalidad deportiva. Este mismo mes comienza el período de inscripción en el Ciutat d’Alzira y si el fútbol se encuentra entre vuestras preferencias, es el momento apropiado para enderezar vuestro futuro.
Estas acciones demuestran, por otra parte, la escasa protección y vigilancia de las nuevas instalaciones de Tulell, que apenas están rodeadas por una valla muy fácil de superar y cuyos vestuarios cuentan con puertas demasiado endebles para dificultar el acceso de los delincuentes.
Algo empieza a fallar en nuestra sociedad que tal vez requiera de una red más grande y de una educación más completa que proteja sus mejores valores.
Xavier Espanya
Vicepresidente Ciutat d’Alzira FB
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