El imaginativo artista de Alzira expone trípticos pop con obras de tamaños diferentes y referencias a su hijo Tomás, Europa, Warhol, Beuys y torsos de mujer
'Relatos cortos' se compone de doce trípticos, con piezas de tamaños diferentes y relatos con temática distinta. Es llamativa la diversidad de fijaciones de Joan Verdú (Alzira, 1959). Aumentan con el tiempo, lo que es formidable: los artistas o son obsesivos o caen por el precipicio de la sensatez, tendencia devastadora. En el pasillo de entrada de la galería Mr. Pink (referencia a un personaje de 'Reservoir Dogs', primera película de Tarantino, uno de los cineastas preferidos de Verdú), se exponen obras que no suenan 'al look Verdú' (imagen con impresión digital). Supongo que son esbozos de próximos trabajos. Hay algo también de 'ensayo' en el tríptico dedicado a Europa, con mapas y la silueta de una mujer desnuda cabalgando sobre un toro. Ya digo, deben de ser aperturas de nuevos caminos. A los artistas se les echa en cara a veces que sean demasiado fieles a su propio universo y también les ponen pegas cuando se van por los cerros de Úbeda y se ponen a inventar. A mí, por el contrario, con los buenos artistas, y Verdú lo es (compensa sus manías aportando importantes virtudes: posee, y es a lo que vamos, una rica e imprevisible imaginería pop). En otros trípticos encontramos varias secuencias con torsos de mujer -aquí ya, Verdú en estado puro-, homenajes a su hijo Tomás -tan apuesto que acabará haciendo carrera en el cine o la tele- y a sus admirados Warhol (¡con el inesperado recurso de las gominolas!) y Beuys, incluidos los habituales juegos de palabras, tan queridos por el artista valenciano. El recorrido culmina con un tríptico confesional, tan burlón como insólito ('Insconscient Cleaner': una atractiva señorita, tocada con un sombrero puntiagudo, barre de residuos el cerebro de Verdú). Exposición sorprendente, arriesgada, con muchas ideas y una deliberada ausencia de refinamiento. Ya dijo Picasso que el principal enemigo de la creatividad es el buen gusto. Leer artículo completo en lasprovincias.es.
Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
Joan Verdú, inagotable fabulador de iconos plásticos, nos muestra en Valencia (una sala cercana al complejo de La Benificencia), sus penúltimas creaciones. Me consta, que apenas alumbrada esta muestra ya tiene programada otra. Coinincido con los calificativos que a estas obras de Verdu dedica el prologista. Solo discrepo en los referente a la "deliberada ausencia de refinamiento". Joan, en esta ocasión, ha cuidado más su técnica. Aconsejo una visita.
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