Caminar, bailar o nadar, ayudan a mantener las articulaciones en movimiento, reducen el dolor y fortalecen los músculos
La artritis es una de las enfermedades más comunes. Afecta a millones de adultos y a la mitad de la población mayor de 65 años.
La artritis produce dolor y pérdida de movimientos. Puede afectar las coyunturas en cualquier parte del cuerpo. Frecuentemente es una enfermedad crónica, lo que quiere decir que puede afectarle por un largo período. Los tipos más serios de artritis pueden causar inflamación, calor, enrojecimiento y dolor.
Síntomas de la artritis
Inflamación de una o más articulaciones.
Rigidez alrededor de las articulaciones, que dura por lo menos una hora temprano en la mañana.
Dolor o sensibilidad constante o frecuente en una articulación.
Dificultad para utilizar o mover una articulación normalmente.
Calor y enrojecimiento en una articulación.
Si cualquiera de estos síntomas le dura más de dos semanas, consulte con su médico o un especialista en la artritis (reumatólogo). El médico le hará preguntas sobre la historia de sus síntomas y le realizará un examen físico. El médico puede tomar radiografías o hacer pruebas de laboratorio antes de ordenarle un plan de tratamiento.
¿Qué más puede usted hacer?
Además de tomar las medicinas apropiadas el ejercicio es muy importante en el manejo de los síntomas de la artritis. Los ejercicios diarios, tales como caminar o nadar, ayudan a mantener las articulaciones en movimiento, reducen el dolor y fortalecen los músculos alrededor de las articulaciones. El descanso también es importante para las articulaciones afectadas por la artritis.
Hay tres tipos de ejercicios recomendados para las personas con artritis:
Ejercicios de movimientos amplios (por ejemplo, bailar) ayudan a mantener el movimiento normal de las articulaciones y alivian la rigidez. Este tipo de ejercicios también le ayudan a mantenerse flexible.
Ejercicios de fortalecimiento (por ejemplo, entrenamiento con pesas) ayudan a mantener o aumentar la fortaleza de los músculos. Los músculos fuertes pueden ayudar a apoyar y proteger las articulaciones afectadas por la artritis.
Ejercicios aeróbicos o de resistencia (por ejemplo, montar en bicicleta) mejoran el estado cardiovascular, ayudan a controlar el peso y mejoran la función general. Algunos estudios muestran que los ejercicios aeróbicos también pueden reducir la inflamación en algunas articulaciones.
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA) tiene un video de 48 minutos que le muestra cómo empezar y seguir un programa de ejercicios sin riesgo. El Instituto también tiene un libro de ejercicios de 107 páginas. Antes de empezar cualquier programa de ejercicios hable con su médico o especialista en el cuidado de la salud.
Además del ejercicio, algunas personas han encontrado otras maneras para ayudar a aliviar el dolor alrededor de las articulaciones, tales como la aplicación de calor o frío, sumergirse en una tina, nadar en una piscina de agua caliente y controlar o perder el exceso de peso. Controlar el peso es muy importante para las personas que tienen artritis, porque el sobrepeso ejerce presión adicional en muchas articulaciones. La pérdida de peso puede reducir la presión sobre las articulaciones y ayuda a prevenir mayores daños.
Su médico puede aconsejar la cirugía cuando el daño en las articulaciones produce invalidez o cuando otros tratamientos no disminuyen el dolor. Los cirujanos pueden reparar las articulaciones dañadas o reemplazarlas con articulaciones artificiales. En las operaciones más comunes, los cirujanos reemplazan caderas y rodillas.
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