“Si todo lo que he hecho por Alzira lo hubiera hecho fuera, es posible que alguna vez hubiera sido yo mismo quién me lanzara una pregunta: ¿Qué has hecho por tu tierra? Por eso, aquí estoy”
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Tal día como hoy, festividad de San José, del año 1910, a las 18:35 horas, Ana Sanchis Perpiñá, esposa de José Suñer Orovig, daba a luz en su domicilio de la plaza de Emilio Castelar, 44 de Alzira, a un varón al que impondrían el nombre de Luis José. Se trataba, después de José Germán Emilio (1906), del segundo de los hijos del matrimonio Suñer-Sanchis, familia que se completaría años más tarde con el nacimiento de Alfredo (1913) y de Rafael Ramón Teófilo (1919).
Sobre Luis Suñer Sanchis, su vida y obra, se ha escrito mucho y bien. Hace poco, la comisión de la falla de la Plaça Major de Alzira, ha patrocinado la edición de una aproximación biográfica del empresario de la que es autor el economista Xavier Sierra. No vamos, pues, aquí y ahora, a trazar un panegírico sobre "don Luis", nombre con el que los alcireños se referían al industrial, ni siquiera a destacar los méritos indudables de quien, en vida, mereció el reconocimiento de sus convecinos (en 1966 fue distinguido con la Medalla de Oro de su ciudad natal) y fue honrado, en diferentes etapas, por el Gobierno de España que, en 1982, le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Interesa, sobre todo, subrayar la condición de ciudadano ejemplar de Luis Suñer, algo que se aprecia en su compromiso personal y permanente con el pueblo que le vio nacer, por el que siempre apostó y al que amó profundamente. Baste señalar como ejemplo que todas sus empresas las estableció en su ciudad y, también, que no consintiera que ninguna de sus industrias se ubicara fuera de Alzira, y ello a pesar de contar con ofertas ventajosas.
Al lado de los necesitados
El compromiso de Luis Suñer con su ciudad natal se tradujo de distintas maneras. En el ámbito social, entre otros, con su trabajo al frente de la Junta de Obras del Hogar de ancianos Santa Teresa Jornet; en el apoyo que prestó a instituciones como el Hospital Municipal de Santa Lucía, la Casa de la Beneficencia, la asamblea local de la Cruz Roja y el comité local de Unicef.
En la esfera cultural, con la labor que desarrolló durante su etapa como presidente del Círculo Alcireño, con el patrocinio de los Juegos Florales organizados por la Cofradía de la Murta en 1958 y 1984, la publicación del quincenal El Heraldo de Alcira (1963), que dirigió su hijo Luis, la edición y patrocinio de libros como Alzira al cor (1976) y Notes sobre el monestir de la Murta (1979), de Eduardo Soler i Estruch, con el encargo de la creación de la Galería Histórico-Artística de Cartonajes Suñer que posibilitó la plasmación, por parte de Vicente Sanz Castellanos, en 82 acuarelas de los monumentos locales de mayor significación e interés, al igual que la colección de retratos de alcireños ilustres, obra del mismo artista, que se pueden contemplar en el archivo municipal, y con su constante apoyo a la sociedad musical a la que su familia, en 1998, cumpliendo su voluntad, cedería un inmueble que hoy por hoy sirve a esta entidad como sede y local de ensayos.
El fomento del deporte
En el terreno deportivo, Luis Suñer contribuyó al fomento del deporte y patrocinó a numerosas entidades y clubes entre los que cabe señalar la Unión Deportiva Alzira, el Avidesa Atlético, el club Balonmano Avidesa, el Moto-Club, la escudería Avidesa, el club de halterofilia local, el club de baloncesto, etcétera.
En ese contexto, cabe destacar la construcción, en la partida de Xixerà, del estadio que lleva el nombre de su hijo, que fue presidente de la UD, y de la sede social e instalaciones, en el Respirall, del Club de Tenis.
El fomento de la fiesta local
Respecto de su contribución al mundo de la fiesta cabe destacar que fue presidente de la comisión de la falla del Doctor Ferrán en 1942; uno de los fundadores, en 1944, de la Junta Local Fallera; y que, posteriormente, se vinculó a las comisiones de la Plaça Major, Ana Sanchis, la de la avenida que lleva su nombre y a la de Tulell,.
Sufragó el paso procesional, obra del imaginero José Pelegrí, de la cofradía de la Coronación de Espinas, conformada mayoritariamente por los trabajadores de la factoría de Cartonajes Suñer.
Nuevo colegio y becas de estudio
También avaló el desarrollo educativo de la ciudad: prestó decidido apoyo a la creación del colegio Ana Sanchis; a la dotación de becas para los alumnos hijos de los trabajadores de sus empresas, la donación de los terrenos sobre los que se construyeron el centro de educación especial Carmen Picó y el instituto de educación secundaria que lleva su nombre, así como su ayuda incesante a la asociación de discapacitados Prosub.
La Iglesia local
La iglesia local se vio favorecida, igualmente, con sus aportaciones. Se vinculó especialmente con las parroquias de Nuestra Señora del Lluch (sufragó los bancos del nuevo templo del que había sido padrino de la colocación de la primera piedra), la de los Santos Patronos (costeó las vidrieras de la iglesia) y la de Santa Catalina (adquirió y donó a la misma la primera planta de la casa parroquial que se localiza en sus inmediaciones) y el santuario mariano de la patrona de la Muntanyeta del Salvador. Las dos cofradías patronales, y otras, particularmente de Semana Santa, son ejemplo, asimismo, de lo señalado.
Intervenciones sociales
Otros hechos y actuaciones que dan buena prueba del carácter social y solidario de Luis Suñer son el padrinazgo que ejerció en la puesta en funcionamiento del teléfono de la esperanza de Valencia en 1972, su nombramiento como presidente de honor de ASVAT en 1986 y su participación, junto al pueblo, en la concentración que, convocada por Afiva y Apemeda, se llevó a cabo ante el edificio de la Audiencia de Valencia el 9 de marzo de 1987 cuando se iniciaba el juicio por el desplome de la presa de Tous.
“Si todo lo que he hecho por Alzira lo hubiera hecho fuera,
es posible que alguna vez hubiera sido yo mismo quién me lanzara una pregunta:
¿Qué has hecho por tu tierra? Por eso, aquí estoy”
En una entrevista publicada por el semanario La Voz del Júcar el 3 de julio de 1971, el empresario declaraba a la periodista Mª Amparo Peris: “Soy muy alcireño, esto es algo que nunca me cansaré de repetir, además lo digo sintiéndolo de verdad. Por eso, porque quiero a mi tierra, aquí estoy, para contribuir a que el nombre de Alzira suene, para procurar la elevación del nivel de vida de muchos. Si todo esto lo hubiera hecho fuera, es posible que alguna vez hubiera sido yo mismo quién me lanzara una pregunta: ¿Qué has hecho por tu tierra? Por eso, aquí estoy”.
Las palabras de Luis Suñer indican muy a las claras su forma de entender el "alcireñismo". Quien suscribe, que cree conocer bastante bien la historia contemporánea de su ciudad porque la trabaja y la estudia, está en condiciones de afirmar, y lo hace sin miedo a equivocarse, que Luis Suñer Sanchis fue el alcireño más destacado del siglo XX.
Aureliano J. Lairón
Cronista Oficial de la Ciudad de Alzira
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Comentarios de nuestros usuarios a esta noticia
José Ramón:
Enhorabuena por el especial que dedicas en este periódico digital al centenario del nacimiento de Luis Suñer Sanchis.
Se lo merecía. ¡Ójala tuviéramos dos o tres Luis Suñer en Alzira ahora mismo con la crisis que tenemos!.
Un abrazo. Y a seguir en esa línea que te honra a tí y al periodismo de Alzira, la ciudad a la que tanto queremos
Hablas de que si tuvieramos a dos o tres Luis Suñer... te equivocas, con UNO SOLO bastaría.
Compromiso permanente y ¡¡¡tan permanente!!! aun estamos disfrutando de las cosas que nos dejó y eso que entonces no habian planes confianza ni planes E ni historias de estas que ahora para levantar un tabique hay que ir hasta Lurdes y pelotear al politico de turno. Entonces había un hombre con un par bien puesto que no era otro que Don Luis
Trabajamos en Avidesa dos personas de la aldea de San antonio de Requena un tal Alfredo García de Leonardo y el que suscribe Jaime Hernandez Garcia nos trataron tan bien en AVIDESA que siempre lo hemos avalado a D. Luis Suñer y a su primo D. Eugenio Suñer y acudimos a las misas que hacían en Alcira en sufragio de su fallecido hijo Luis.
Afectuosamente dos trabajadores más que ratificamos el buen trato que recibimos de la familia Suñer de Alcira
Hace ya muchos, muchos años trabajé en Avidesa.
Fue muy poco tiempo, pero el suficiente para ver el cariño que toda la plantilla le tenía. Nunca he conocido a un jefe tan amado, respetado y admirado por sus trabajadores.
La palabra gracias se queda corta, con esta persona con su colosal humanidad. Con todo ello Gracias Don Luís por la huella que nos ha dejado a todos.
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