“Estoy muy agradecido a mi ciudad porque ha demostrado que me quiere, yo he hecho siempre lo que he podido por mi pueblo y quizás ahora, si puedo, haré más”
Era el 13 de enero de 1981 y martes por añadidura. En el programa informativo “Terra Nostra” de Radio Alzira, que como todos los días realizaba la ribereña emisora, el que suscribe se hallaba realizando el programa informativo acompañado de Eleuterio Grau. Al término del mismo comentábamos para los oyentes la fecha “13 y martes”, y añadíamos que era una fecha para supersticiosos. A las 20.45 de aquel mismo día se producía la fatídica noticia que corría como un reguero de pólvora por la ciudad. Luis Suñer había sido secuestrado por ETA. En el programa Hora 25, de la Cadena SER, lo dábamos a conocer a toda la nación y durante tres meses que duró el secuestro nos ocupamos de ir ofreciendo las noticias que iban llegando a la redacción de Radio Alzira.
14 de abril de 1981
Poco después de la medianoche nos llegó la buena nueva de la liberación del empresario alcireño. Conforme avanzaba el día se iban conociendo nuevas noticias y en los alrededores de la residencia de la familia Suñer se iban congregando cada vez más gente, ávida de ir conociendo novedades.
José Palacios, que durante el secuestro había sido el portavoz de la familia en los meses transcurridos de incertidumbre, iba dando a conocer a los representantes de los medios de comunicación las primeras manifestaciones del recién liberado que no eran otras que el deseo imperioso de Suñer de poder viajar hasta Alzira para abrazar a su familia.
A las 13.30 de este 14 de abrí llegaba la comitiva a Alzira, siendo recibida por una gran muchedumbre de alcireños que le vitoreaban y aplaudían. Entre las gentes estaba la banda de música de Alzira, las fallas y autoridades locales. Poco después de las cuatro de la tarde, José Palacios reunió a la prensa en un salón de la primera planta de la residencia Suñer y fueron sus primeras palabras de agradecimiento por la objetiva colaboración, pudiendo asegurar que —decía Palacios— “habían contribuido a que don Luis estuviera ahora en su casa”.
“Nunca he llorado tanto”
Luis Suñer, contó a los periodistas los primeros pasos desde que fue liberado: “al terminar el chequeo en el hospital, aunque me invitaron a dormir en casa de unos amigos, manifesté mi deseo de viajar a Alzira, a donde henos llegado a la una y media. Mi afán principal era ver a mi familia. La emoción que me he llevado ha sido enorme en este viaje, desde que salí de Logroño he llorado tanto que al llegar a Alzira no me quedaban lágrimas. Estoy muy agradecido a mi ciudad porque ha demostrado que me quiere, yo he hecho siempre lo que he podido por mi pueblo y quizás ahora, si puedo, haré más. Quiero que mi pueblo tenga la industria que deben tener, como lo deseo para Valencia, porque Alzira está en Valencia y es España. Hace un momento, en la calle, nuestra banda de música ha interpretado el himno regional y me he emocionado mucho”.
Al finalizar la rueda de prensa, en la que se encontraban periodistas de toda España, se dio cuenta Luis Suñer de la presencia del que suscribe y, acercándose, me dio un abrazo, motivo que reflejamos en la foto que acompañamos.
Las fallas de Alzira, cuya junta presidía Eduardo Gallardo, prepararon una jornada fallera, ya que Luis Suñer no había estado presente en las fiestas josefinas del último ejercicio. Así pues, el sábado 23 de mayo se llevó a cabo una fiesta fallera completa. Hubo una plantá, despertá y crema de una falla acompañada de un castillo de fuegos de artificio. La idea de este homenaje fallero a Luis Suñer fue sugerido en el seno de la Juta Local Fallera por el representante de la comisión de la falla de la plaza Mayor y tuvo una buena acogida entre las demás presidencias de comisiones. El monumento fallero fue obra del artista Vicente Luna y se plantó cerca de los casalicios de los Santos Patronos. Como cualquier día de San José, aquel sábado 23 de mayo de 1981, la comitiva festiva partió de la plaza Primero de Mayo, cerrando el cortejo las falleras mayores María Mercedes Mascarell y María Ángeles Ramírez, con sus cortes de honor, acompañadas por la banda de música. A medianoche, después de agradecer esta distinción a todos los falleros, Luis Suñer prendió la mecha de la traca destinada a quemar la falla. Más tarde, seguiría el baile amenizado por una orquesta para todos los que se habían congregado en la Avenida, alrededor de la falla. Así fue como los falleros, la idiosincrasia de un pueblo, homenajearon a Luis Suñer, su benefactor de siempre. Y Aquí estamos nosotros para recordarlo.
Alfonso Rovira, 19.04.1992
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